El Departamento de Estado señaló en un comunicado que los propósitos del acuerdo, que entrará en vigor una vez que los diez signatarios lo ratifiquen, son la prevención de la pesca no regulada en alta mar y el apoyo a la investigación científica conjunta.
"Actualmente no hay pesca comercial en alta mar en el Ártico y la mayor parte de la región está cubierta por hielo todo el año", añadió la nota.
"Sin embargo, con un área libre de hielo que sigue expandiéndose en el verano y durante un período cada vez más largo del año, las partes anticipan que será posible la pesca comercial en un futuro predecible", agregó.
Este acuerdo es el primer pacto multilateral de su tipo "que toma un enfoque obligatorio y de precaución para proteger un área de la pesca comercial antes de que la pesca siquiera haya comenzado", agregó la nota.
El acuerdo, firmado en Groenlandia en 2018, fue resultado de negociaciones en las cuales participaron Canadá, China, Dinamarca, la Unión Europea, Islandia, Japón, Noruega, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos.
Como parte de la crisis climática global en la región ártica, las temperaturas promedio están aumentando a un ritmo casi el doble del promedio mundial con el impacto consecuente en los mantos de hielo y en la distribución de la fauna marina.
El acuerdo estipula la moratoria de la pesca comercial en las aguas internacionales del Ártico central, que cubre casi tres millones de kilómetros cuadrados, durante los próximos 16 años.
Si los firmantes mantienen su acuerdo, éste se prorrogará automáticamente por otros cinco años, y según se estipula, se reunirán cada dos años para revisar el progreso en su aplicación y la información científica que surja del programa conjunto de investigaciones.
Los países signatarios se comprometieron a tomar en cuenta las poblaciones indígenas en torno al Ártico y al establecimiento de medidas apropiadas de conservación y gestión de los recursos de esa región, casi tan extensa como el Mediterráneo.