"Con esta decisión, el Reino Unido se une a la creciente lista de países de todo el mundo que defienden su seguridad nacional al prohibir el uso de proveedores de alto riesgo que no sean de confianza", señaló en un comunicado el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
El jefe de la diplomacia estadounidense dijo que estaba dispuesto a continuar trabajando con los británicos "para fomentar un ecosistema 5G seguro y vibrante".
"Los países deben poder confiar en que los equipos y el software 5G no amenacen la seguridad nacional, la seguridad económica, la privacidad, la propiedad intelectual o los derechos humanos", agregó.
Pompeo destacó que el Reino Unido se ha sumado a democracias como la de República Checa, Dinamarca, Estonia, Letonia, Polonia, Rumania y Suecia.
Este martes, en una declaración ante la Cámara de los Comunes, el ministro británico de Cultura, Digital, Deportes y Medios de Comunicación, Oliver Dowden, comunicó la medida tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, formado por algunos ministros y el abogado del Estado y presidido por el primer ministro, Boris Johnson.
La decisión anuló otra de enero pasado que autorizaba a Huawei a acceder a partes no estratégicas de la red 5G, al considerar que suponía un riesgo "controlable" para la seguridad nacional.
El ministro explicó hoy que las circunstancias han cambiado y el Consejo "ha tomado en consideración" la decisión anunciada en mayo por EE.UU. de restringir la venta de chips de fabricación estadounidense a la gigante asiática, lo que pone en peligro "la cadena de suministro".
Los principales operadores británicos, entre ellos Vodafone y BT, ya han advertido de que la eliminación de los equipos de Huawei de las redes del Reino Unido costará miles de millones de libras y puede provocar cortes de señal.
Londres ha tomado la decisión tras recibir constantes presiones de Washington, que sostiene que los tratos con Huawei exponen a los países a espionaje y sabotaje por parte del Estado chino, extremo que Pekín niega.