Draghi prepara la artillería: expectativas y presión en torno al BCE

Las expectativas en torno a la reunión mensual del Banco Central Europeo crecen por momentos al igual que la presión derivada de los últimos datos de inflación. Todos dirigirán este jueves sus miradas hacia Fráncfort para ver si finalmente su presidente, Mario Draghi, decide actuar.

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Los expertos sostienen como probable que el BCE opte por marcar un nuevo hito histórico y rebajar la principal tasa de interés, fijada actualmente en un 0.25 por ciento.

Asimismo, se da casi por seguro que el organismo presidido por Mario Draghi decida penalizar a los bancos por almacenar su dinero en el BCE al establecer una tasa negativa de depósito. Sin embargo, los economistas alertan que los bancos podrían pasar esta penalización a sus clientes estableciendo una tasa más elevada en sus créditos.

"Con esto conseguirán perjudicar a los ahorradores que verán cómo pierden dinero al situarse la tasa de interés por debajo de la inflación", afirmó el presidente del instituto económico alemán Ifo, Hans-Werner Sinn, en declaraciones a la revista económica "Wirtschaftswoche".

Draghi lleva tiempo insistiendo en que el organismo está preparado para actuar contra la baja inflación que azota la eurozona desde hace tiempo y que dificulta la recuperación económica.

"Es casi seguro que habrá una rebaja de las tasas este jueves", aseguró a dpa el economista Johannes Mayr del banco alemán BayernLB. "La pregunta más interesante es qué más está cocinando el BCE", agregó por su parte el economista jefe del VP-Bank, Thomas Gitzel.

Entre las medidas no convencionales que podría acordar el BCE se encontraría un nuevo y polémico programa de compra de deuda estatal en los mercados secundarios o una nueva barra libre de dinero a largo plazo, así como un plan de ayuda de hasta 40,000 millones de euros destinado a reactivar el crédito a las empresas medianas y pequeñas de los países del sur de Europa.

Aunque el BCE espera que la tasa de inflación se vuelva a acercar al objetivo del dos por ciento a medio plazo y descarta que exista riesgo de deflación en la eurozona, Draghi recordó recientemente que es la "responsabilidad" del organismo "ver los riesgos de este escenario y estar preparados para actuar en caso de que sea necesario".

La inflación en la eurozona es desde hace meses demasiado baja. Esta semana el instituto de estadística de la Unión Europea, Eurostat, dio a conocer que en mayo la inflación se situó en un 0.5 por ciento, dos décimas menos que en marzo, lo que ha redoblado la presión sobre el BCE.

El italiano quiere evitar que se mantenga una espiral negativa entre la baja inflación, expectativas de inflación a la baja y el crédito, en particular en países en dificultades.

En su opinión, tanto el consumidor como las empresas podrían acabar aplazando sus inversiones frenando así la recuperación de la coyuntura económica. "En este contexto debe haber una respuesta de la política monetaria cuidadosa y precisa", resaltó Draghi.

El presidente del BCE anunció ya en la pasada reunión que el organismo quería esperar a los nuevos pronósticos trimestrales de crecimiento e inflación antes de decidir actuar. Estos datos se darán a conocer este jueves en la rueda de prensa posterior a la reunión del organismo.

En los pronósticos trimestrales presentados en marzo, el BCE fijó una inflación anual de un uno por ciento en 2014, de un 1.3 por ciento en 2015 y de un 1.5 por ciento en 2016. Mientras, señaló un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 1.2 por ciento para 2014 y para 2015 y 2016 de un 1.5 y un 1.8 por ciento, respectivamente. (DPA)