En un desayuno informativo en Madrid, organizado por Europa Press, el responsable económico español subrayó que las conclusiones del Consejo Europeo celebrado por los líderes de la UE la pasada semana en Bruselas son "claras" y se adoptaron por "unanimidad".
Finlandia -a la que podría sumarse Holanda- amenazó este lunes con bloquear la compra de bonos de deuda soberana en el mercado secundario por parte del fondo europeo de rescate, lo que pone en peligro una de las decisiones clave del último Consejo Europeo que favorece a España e Italia.
La Comisión Europea aclaró que si la compra de deuda soberana se realizara a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o fondo temporal sí se precisaría unanimidad, lo mismo que en líneas generales si se llevara a cabo mediante el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) o fondo permanente, cuya entrada en vigor esta prevista para este mes.
Existe, no obstante, un procedimiento en el MEDE por el cual se puede aprobar una decisión urgente con un apoyo del 85 % de los Estados miembros para casos en los que se concluya que está en juego la estabilidad de la zona del euro.
Por otra parte, el ministro de Economía de España reiteró el rotundo compromiso del Gobierno con el objetivo de déficit público para lo que -dijo- se harán "esfuerzos adicionales" en "distintos componentes de la administración", que se conocerán "en las próximas semanas".
De Guindos hizo hincapié en que la economía española "sigue sujeta a una serie de trabas que dificultan su crecimiento", por lo que hay "oportunidades de avanzar en su flexibilización".
En lo que se refiere al proceso de recapitalización de las entidades financieras españolas con capital europeo por hasta 100.000 millones de euros, dijo que el proceso de negociación con la Comisión Europea está "bastante avanzado", de modo que el llamado memorando de entendimiento estará listo para la reunión que celebrará el Eurogrupo el día 9 de julio y el proceso avanzará "con rapidez".
Para el ministro español, en este proceso estará ya listo el fondo permanente de rescate (ESM), lo que implicará que sus fondos no tengan prioridad sobre el resto de la deuda, según los acuerdos del pasado Consejo Europeo, así como que la inyección de capital sea directa a los bancos, no al Estado.