El barómetro Ifo es el principal indicador temprano de la economía alemana y se confecciona en base a consultas a 7,000 empresas y analistas del país.
La caída fue más pronunciada que la pronosticada por los analistas, si bien el nivel se mantiene alto. Las empresas estiman que su situación actual es buena, pero ven con menos optimismo las perspectivas para los próximos meses.
"El sector económico alemán teme los efectos que puedan derivarse de las crisis en Ucrania e Irak", sostuvo el presidente del instituto Ifo, Hans-Werner Sinn.
El Ifo se mantiene desde marzo de 2010 por encima de la marca de los cien puntos. En mayo sufrió la primer caída tras haber aumentado ligeramente en abril.
Sin embargo, la mayoría de los economistas no se manifestaron preocupados y relativizaron la incidencia de los conflictos en Ucrania e Irak.
"Naturalmente que uno piensa de inmediato en la crisis de Ucrania o en el avance de los islamistas en Irak para explicar la nueva caída del clima empresarial, pero al fin y al cabo son meras especulaciones", sostuvo el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer.
Según el experto en coyuntura Jörg Zeuner, la economía alemana es demasiado dependiente de la coyuntura mundial como para verse afectada por estas crisis. "Las empresas se preparan para un ritmo menos acelerado de crecimiento. El muy buen rendimiento del primer trimestre no se repetirá tan rápidamente".
También el economista jefe del VP Bank, Thomas Gitzel, coincide con la valoración de Zeuner. "Tras un crecimiento fulminante en el primer trimestre, la economía alemana rebajará el ritmo en los próximos", vaticinó. (DPA)