Tras contraerse este año, la economía de la eurozona cobrará dinamismo en 2014 y 2015 "debido particularmente a una cierta mejora de la demanda interna apoyada por la orientación acomodaticia de la política monetaria", señala el banco. Para 2014 prevé un crecimiento del 1.1 por ciento y para 2015 del 1.5 por ciento.
El BCE cree que "la actividad económica de la zona euro debería beneficiarse además de un fortalecimiento progresivo de la demanda de exportaciones" y estima que "la mejora general de los mercados financieros observada desde el año pasado parece estar transmitiéndose a la economía real, al igual que deberían transmitirse los progresos logrados en materia de saneamiento presupuestario".
La economía de la eurozona se recupera muy lentamente. El producto interior bruto (PIB) trepó en el tercer trimeste del año sólo una décima respecto a los tres meses anteriores. En el segundo trimestre, el crecimiento había sido del 0.3 por ciento.
Asimismo, el BCE consideró que la inflación permanecerá baja a causa de la debilidad de la coyuntura y del alto desempleo. El guardián del euro bajó los principales tipos de interés al mínimo histórico de 0.25 por ciento debido a la escasa inflación.
El BCE pronosticó una tasa de inflación del 1.1 por ciento para 2014, muy por debajo del nivel cercano al dos por ciento en el que ve garantizada la estabilidad de precios.