"La recuperación de la demanda laboral en Estados Unidos y en los salarios promedio de trabajadores de América Latina y el Caribe influyó en el crecimiento de remesas a Centroamérica y el Caribe", asegura el informe del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), organismo depediente del BID.
Los expertos del BID consideran que "la reducción en la migración mexicana hacia Estados Unidos se vio reflejada en la caída de remesas hacia ese país".
Los países andinos, por su parte, "se siguen viendo afectados por el desempleo en España, principalmente en los sectores de construcción y servicios, que constituyen fuentes de trabajo importantes para los migrantes de la región", añade el informe.
Las remesas recibidas por los países de Sudámérica han mostrado una lenta recuperación después de la crisis finaciera de 2008-2009.
Los migrantes latinoamericanos enviaron en 2013 a sus países de origen remesas por un valor total de 61,300 millones de dólares, casi la misma cifra que el año anterior. Pero aún lejos del récord histórico de 64,000 millones de dólares de 2008, precisa el Fondo Multilateral de Inversiones.
El BID destaca que todavía no se han alcanzado los niveles previos a la crisis financiera.
Coincidiendo con la crisis se registró una fuerte caída de las remesas en 2009 de más del 10 por ciento, que fue seguida por un modesto incremento de 6 por ciento en 2011, ingresos que más adelante se estacaron a nivel regional, recuerda el informe.
Los expertos calculan que en 2014 las remesas a la región podrían aumentar entre 5 y 7 por ciento. Antes de la crisis, las remesas destinadas a la región tenían un crecimiento anual promedio del 17 por ciento.
"Los flujos de remesas a América Latina y el Caribe continúan siendo una importante fuente de ingresos para millones de familias", dijo la gerente general del FOMIN, Nancy Lee, a través de un comunicado.
Estados Unidos representa la fuente de unas tres cuartas partes de las remesas a la región, seguido de España.
México sigue siendo el principal receptor de remesas en la región con 21,600 millones de dólares, seguido por Guatemala con 5,100 millones de dólares en el segundo puesto y Colombia con 4,100 millones de dólares en el tercero. En cuarto lugar se sitúa El Salvador con 4,000 millones de dólares y República Dominicana en quinto con 3,300 millones de dólares, precisa el informe del BID.
El informe destaca que en los últimos años el sector ha ido evolucionando al aumentar las opciones que tienen los emigrantes a la hora de enviar remesas a su país de origen, ya sea mediante el uso de cuentas bancarias como de tarjetas de débido y crédito. Pero recuerda que todavía en muchos países de la región aún prevalece el retiro en efectivo de las remesas. (DPA)