Los gestos de intenso de dolor dieron a entender que el serbio sufre molestias que podrían afectarlo en su encuentro de octavos de final ante el canadiense Milos Raonic (14) que se disputará este domingo.
"Es una de las victorias más importantes de mi carrera. Mi intención era estar ahí, apenas podía restar. Tengo el músculo desgarrado", explicó tras superar el tercer obstáculo tras tres horas y media de lucha.
Djokovic deberá afrontar este domingo una delicada ronda de octavos de final frente al canadiense Milos Raonic (14) para seguir con opciones de conseguir su novena corona en Melbourne Park.
El joven Fritz tenía todos los ingredientes necesarios para sumar su victoria número cien de la mejor manera posible. Sin embargo, se desinfló en un mustio quinto set, que perdió emoción tras la evacuación del público como consecuencia de que las restricciones del gobierno entraban en vigor a medianoche, y acabó cediendo su servicio hasta en dos ocasiones para dejar escapar la que hubiera sido su primera victoria ante Djokovic.
El público de la pista Rod Laver Arena olvidó todas las gestas conseguidas por el balcánico a base de luchas memorables y tomó el lado del estadounidense hasta el punto que dedicó varios abucheos y muestras de desafecto al serbio cuando se dirigía a sacar.
Además, un sector de los aficionados no ayudaron a la hora de desalojar las instalaciones deportivas de Melbourne Park y retrasaron veinte minutos el reinicio del juego durante el cuarto set.
Djokovic, que remarcó que se trataba de una de las victorias más importantes de su carrera, consiguió llevarse el partido al final a pesar de acumular diez golpes ganadores menos que su rival y ocho errores no forzados más que tuvo en la mano la oportunidad de disputar por primera vez la ronda de octavos de final en un grande.