Número uno del mundo, Williams se impuso a la vigésimo cuarta de la clasificación por 2-6, 6-3 y 6-2 en exactamente dos horas.
"Fue un gran partido y felicito a Garbiñe por lo bien que jugó. En ese primer set hizo todo lo que se puede hacer bien", dijo la menor de las Williams, que busca en Australia su décimo noveno título de Grand Slam para acercarse al récord de 22 de la alemana Steffi Graf.
El momento clave del encuentro llegó en el tercer set. Con ventaja de 1-0 tras quebrar el saque de Serena, Muguruza se quedó frenada tras un gran tiro y se precipitó luego a volear. Intentó tocar la pelota, falló y terminó cediendo su servicio.
En el 1-1, la española volvió a tener oportunidades, con seis pelotas de break sobre el saque de Serena. No las aprovechó, y de un potencial 3-0 en el set definitorio pasa a un 1-2.
Ya con la moral de Muguruza minada y Serena imparable, el partido corrió veloz a las manos de la estadounidense, que vengó así la derrota en segunda ronda de Roland Garros el año pasado ante la española.
"Le pega realmente duro a la pelota", destacó Serena sobre su rival, al tiempo que agradeció al espectador que desde la tribuna le gritó que utilizara el top-spin para neutralizar la potencia de su rival.
"Alguien en la tribuna me dijo '¡vamos, Serena, utiliza el spin! Y me ayudó realmente. Hay muchos entrenadores aquí", dijo Williams, que mostró un gesto de cierto horror cuando la entrevistadora le propuso que le entregara el cinco por ciento de sus premios en Australia al providencial espectador.
"Vamos, Rennae...", le dijo Serena a la ex tenista australiana Rennae Stubbs para cortar la peligrosa broma. (DPA)