"Están los atletas, que es lo importante. Nosotros respetamos la decisión tomada por Estados Unidos y otros países de querer promover sus causas, pero no queremos que nos utilicen", comentó a Efe Samaranch, presidente de la Comisión de Coordinación del COI para los Juegos de Invierno 2022, desde Pekín.
Si en 2008 la polémica estuvo protagonizada por las protestas en el Tíbet, la atención este año recae en las denuncias de abusos en la región de Xinjiang, en el noroeste del país asiático, donde algunos informes han estimado que hasta un millón de miembros de la minoría étnica uigur fueron encerrados en campos de reeducación.
Los presuntos abusos, que China niega, provocaron el boicot estadounidense y de otros países como Australia, Canadá o Reino Unido, si bien se trata de un gesto político que, en principio, no tendrá efecto alguno en el desarrollo de la competición.
"Defendemos que se respete al deporte igual que nosotros respetamos a los políticos. Ellos son libres de acudir o no a los Juegos si se les invita. Pero lo importante hoy es que los deportistas están", dijo.
El COI ha asegurado que los atletas que quieran mostrar sus opiniones podrán hacerlo según las normas del organismo, es decir en zona mixta o antes de competir, pero no durante las pruebas deportivas o en el podio.
Por otra parte, los Juegos estarán marcados por las estrictas medidas de prevención contra la covid, con lo que atletas y trabajadores venidos del extranjero permanecerán en una burbuja aislados de todo contacto con la población local durante su estancia en la capital china.
Samaranch asegura que las medidas eran del todo necesarias para hacer posible la celebración del evento: "Estamos muy confiados. Creemos que las medidas serán muy útiles. No podemos olvidar que estamos en medio de la propagación de la variante ómicron del coronavirus, con una difusión tremenda, y todos los que han venido lo hacen de países con una prevalencia del virus aún muy fuerte", indicó.
El dirigente deportivo agregó que "son unas circunstancias muy difíciles, bajo las cuales se ha cancelado casi todo", y que las medidas tomadas por China "han posibilitado que estos Juegos se puedan celebrar".
"Los positivos que se han detectado hasta ahora dentro de la 'burbuja' de los Juegos están relacionados con los casos detectados en las llegadas al aeropuerto. Esperamos que la transmisión se contenga", afirmó.
Por otra parte, Samaranch confirmó que el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, tiene la intención de verse durante los Juegos con la tenista china Peng Shuai, quien denunció en una red social que había sido víctima de abusos sexuales por parte del ex viceprimer ministro chino Zhang Gaoli.
Tras un tiempo sin noticias sobre su estado y su paradero, Bach mantuvo el año pasado una videoconferencia con ella, en la que la tenista pidió respeto por su privacidad, y días después borró su denuncia, aunque existen dudas sobre si está actuando bajo coacción.
"Es muy difícil valorar su situación personal. Pero si ella nos dice que hay que investigar sobre estas presuntas denuncias, nosotros las apoyaremos en todo lo que haga falta".
Samaranch aseguró que serán unos juegos "de primer nivel", los segundos que China alberga tras los de verano en 2008: "En este tiempo, China ha evolucionado muchísimo. Hoy, tiene un peso distinto. No es ninguna sorpresa que en estos 14 años su papel en el mundo haya cambiado completamente, tanto a nivel político como comercial o económico o deportivo", indicó.