Las europeas destronaron a las vigentes campeonas mundiales y olímpicas, favoritas para revalidar el título logrado en Londres 2012, tras dejar el recuento en 44 toques a favor por 38 en contra.
Simona Gherman, Simona Pop, Ana Maria Popescu y Loredana Dinu llegaron a la final después de deshacerse de las rusas, serias aspirantes también al oro y contra todo pronóstico salieron adelante ante el equipo asiático conformado por Yujie Sun, Anqi Xu, Yiwen Sun y Jialu Hao.
Para China, la plata le significa la medalla número 500 en su historial dentro del olimpismo, mientras que el equipo Cártaro tiene la segunda presea dorada de su historia en la esgrima femenina tras la que consiguió en florete individual en Atlanta 1996.
El bronce se lo quedó Rusia tras vencer al equipo de Estonia por marcador final de 37 a 31.