Esta prueba resultó muy disputada, y aunque en primera instancia parecía que el japonés y el rumano Marian Dragulescu compartirían lo más alto del podio, fue el norcoreano quien se agenció el oro.
Tanto Shirai como Dragulescu se habían puesto al frente con una calificación similar de 15.449 y se enfilaban a subir al podio, sin embargo, el monarca cambió las cosas.
El norcoreano logró mejores calificaciones en su par de saltos para darle la vuelta a las posiciones y ocupar el primer lugar que ya no soltó, para de esa forma quedarse con el oro.
Por lo que toca a la representación latinoamericana, el chileno Tomás González terminó en la séptima posición con 15.137 y no pudo repetir el cuarto sitio de Londres 2012, y aunque trató de hacer un mejor papel en su despedida no le alcanzó.