"Messi ayer hizo de todo", destacó hoy "Mundo Deportivo" al comentar el 5-0 del Barcelona en el estadio del Levante.
"Asistió, defendió, marcó, provocó un penalti, una roja, falló la pena máxima, fue un '9', un '10', un '7', un '8'. Sí, se le nota que está a gusto. Sonríe y ya no vomita antes de los partidos. Ha superado la ansiedad y la conclusión del Mundial lo ha desbloqueado", añadió el decano de la prensa deportiva española.
La temporada 2013/2014 ofreció un Messi de chispazos en grandes partidos, pero que "caminaba" los encuentros la mayoría de las veces. El domingo, en cambio, Messi fue el gran protagonista, autor de dos asistencias, un gol y un penal errado.
Ese entusiasmo e hiperactividad del argentino no son nuevos, porque marcaron su carrera desde siempre, pero lo que se está viendo desde hace semanas sí es diferente a lo del último año.
Cada cierto tiempo se habla de "un nuevo Messi". Primero fue extremo desequilibrante, luego "delantero falso", más tarde "delantero verdadero" y ahora se habla de "un jugador total", capaz de asumir más participación en el juego y prescindir del ego que proporcionan los goles.
Para el diario "As", el argentino está variando su forma de jugar: "Ahora juega más pausado, buscando el pase a Neymar o a otro, o el gol sin tanto desgaste. Recuerda al Maradona de los últimos años. Un juego también para durar más".
Lo que parece evidente es que el Messi de septiembre de 2014 ofrece sensaciones diferentes al de la última temporada, en la que se difundieron llamativas imágenes del argentino vomitando antes y durante los partidos.
Las estadísticas tampoco lo ayudaron. Por ejemplo, le sacaron un papel en el que quedó registrado que fue el jugador de la selección argentina que menos corrió durante el Mundial, aunque él siempre podrá responder que fue el que más goles metió, con cuatro, decisivos para permitir que la "albiceleste" avanzara hasta las instancias decisivas.
Al comienzo de temporada surgieron muchas dudas sobre la eventual respuesta del astro argentino a las órdenes de su nuevo entrenador en el Barcelona, Luis Enrique, un técnico con fama de duro, pero parece que la conexión funciona tanto como la que formalizó con Neymar sobre el campo.
Lejos de ofrecer los gestos ásperos y disgustados de antaño, Messi propone ahora sonrisas y abrazos tras una asistencia. Ni siquiera parece inquietarse cuando manda fuera un penal, como ocurrió ante el Levante. Ahora, parece que para el jugador todo tiene solución. Sin ansiedades.
Así lo celebra su equipo, que comenzó la temporada con dos estadísticas impresionantes: cinco triunfos en otros tantos partidos y ningún gol recibido.
"La piedra filosofal es el nuevo Messi, que es el Messi de siempre, el mejor del mundo. Y si Messi quiere, el éxito está asegurado", resumió "Sport". (DPA)