En apenas cuatro días se pudo ver la influencia que tiene Messi en el Barcelona. En Valladolid, el argentino deambuló sobre el campo, como si estuviera desganado, y apenas participó en el juego. Conclusión: su equipo perdió 1-0 ante un rival modestísimo, la imagen fue mala y llovieron las críticas.
Pero el miércoles el Barcelona se reencontró con el mejor Messi, que desde el primer minuto se enchufó al partido, reclamó protagonismo y asumió el liderazgo. Conclusión: el Barcelona ganó 2-1 al Manchester City, se clasificó para los cuartos de final de la Liga de Campeones europea y rindió como se espera de su ilustre plantel.
"El poder de Messi en el Barça es mágico. Su rendimiento marca la tónica del equipo. El día que no está fino, sus compañeros se contagian y se encallan. La noche que pone el turbo arrastra al equipo a su mejor perfomance", afirmó hoy Sport.
Según "Mundo Deportivo", "el crack argentino volvió a ser el Messi de las grandes épocas, dando ejemplo desde el primer minuto liderando la implicación de todo el conjunto".
Sólo se necesitaron tres minutos para ver que el Camp Nou asistiría a la "versión Champions" de Messi, un jugador que suele rendir mejor cuanto más exigente es el rival. En los albores del partido, el argentino corrió todo el campo hacia su propia área persiguiendo un balón que tenía en poder Sergio Agüero. Un esfuerzo que propuso imitación.
Esa acción inflamó al estadio y luego pareció contagiar a sus compañeros, que recuperaron valores que parecían perdidos como la presión muy arriba hacia el rival, la intensidad y la solidaridad.
Messi respondió con su mejor actuación del año justo en un momento en el que comenzaba a recibir las mayores críticas en España desde que viste la camiseta azulgrana. Se le reprochaba falta de liderazgo, de esfuerzo, de compromiso. Pero hoy se habla de todo lo contrario.
"La fanfarria de la Champions despierta al mejor equipo y también a Messi. Necesita el Barça más que nunca al 10 para marcar las diferencias en partidos comprometidos y difíciles", opinó "El País".
Ahora la duda es qué versión de Messi -y del Barcelona- se verá el domingo en la Liga española ante Osasuna, un rival muy parecido al Valladolid: es poco llamativo, pelea por el descenso y propone ferocidad en las marcas. Por lo pronto, ya fue capaz de ganarle 1-0 al Barcelona en la primera vuelta.
En el campeonato local se acabaron los rivales menores para el Barça, porque a cuatro puntos del Real Madrid se le agotó el margen de error, y más sabiendo que el 23 de marzo visitará el Santiago Bernabéu en un decisivo "superclásico".
El Barcelona necesita al mejor Messi siempre: en los partidos con "glamour" y en los que parecen más intrascendentes. Ahora llega el momento decisivo de la temporada y el equipo azulgrana, que tiene un plantel muy justo, precisará la implicación máxima del argentino y su regularidad en cada encuentro para tener éxito.