La checa se enfrentará en su primera final de Grand Slam a la ganadora del encuentro entre la rusa Maria Sharapova, quinta cabeza de serie, y la alemana Sabine Lisicki, que se disputa esta tarde en la pista central del All England Club.
Kvitova jugó su primera semifinal de Grand Slam el año pasado en Wimbledon contra la estadounidense Serena Williams, quien, tras imponerse a la checa, acabó ganando el torneo.
Hasta entonces Kvitova, de 21 años y que esta temporada afronta su cuarto gran torneo en Londres, no había ganado enfrentamiento alguno en el circuito sobre hierba.
"No puedo creer que esté en una final de Wimbledon. No puedo decir nada, sólo que estoy muy feliz", dijo al acabar el partido la checa, para quien el encuentro se decidió "por los saques".
Kvitova superó la falta de precisión en los primeros servicios que mostró en la primera parte del set -fallaba casi la mitad de los que servía- y terminó la manga con seis saques directos a su favor, por ninguno de la bielorrusa, que no supo contrarrestar las embestidas de Kvitova y terminó perdiendo el parcial por 1-6.
Lejos de darse por vencida, Azarenka desplegó un juego mucho más agresivo en el segundo set, y en apenas doce minutos se había hecho con una ventaja de 0-3.
Ante el juego de ataque de la bielorrusa, Kvitova comenzó a cometer demasiados errores no forzados, y terminó perdiendo el segundo parcial por 3-6.
Esta temporada, la checa alcanzó por primera vez los cuartos de final en el Abierto de Australia y se clasificó para los octavos en la tierra de París.
Kvitova, que en 2010 se presentó en Londres ostentando el puesto número 62 en el ránking de la WTA, es en esta ocasión la octava jugadora del mundo, y adelantaría una posición si se hiciera con el torneo.
Azarenka, por su parte, era la segunda bielorrusa que alcanzaba la penúltima fase de un Grand Slam, después de que Natalia Zvereva llegara también a las semifinales de Wimbledon en 1998 (Zvereva jugó asimismo a la final de Roland Garros en 1988 como representante de la Unión Soviética).
La cuarta cabeza de serie en el torneo había ganado desde marzo 32 de los 38 partidos que había disputado y, entre sus derrotas, cuatro se debieron a encuentros en los que tuvo que retirarse por problemas físicos.
La bielorrusa, de 21 años, afrontaba en esta edición su sexto Wimbledon, un torneo en el que su mejor resultado hasta ahora había sido alcanzar los cuartos de final, en 2009.
Esta temporada, Azarenka llegó hasta la cuarta ronda en Australia, y hasta cuartos en Roland Garros, una fase en la que ha jugado en cinco ocasiones en un gran torneo y que nunca había superado hasta ahora.
La media de edad de las jugadoras en las semifinales de este año en Wimbledon era de 22 años y tres meses, el cuadro más joven en esta fase del campeonato desde 2003, y de cualquier gran torneo desde el Roland Garros de 2008.