Una vez más Ducati ha demostrado que cuentan con la moto más veloz. El francés Johann Zarco sobrepasó los 360 km/h. durante los entrenamientos y en carrera cuatro de sus motos salieron como auténticas exhalaciones, aunque luego el ritmo no fue el que pensaban y ahí fue precisamente donde destacó su competencia de Yamaha y Suzuki.
Inicialmente, todo hizo presagiar un fallo de estrategia al plantear la carrera, pues el desgaste inicial de los neumáticos hizo pagar un alto precio a pilotos como el italiano Francesco "Pecco" Bagnaia o el australiano Jack Miller, pero también a Alex Rins con la Suzuki, aunque en su caso se unió un error en la salida que le hizo forzar más de lo que debía, mientras que el trabajo de Yamaha, en particular el de Maverick Viñales, fue casi perfecto, salvo en el momento de la salida, como casi siempre.
Viñales dejó hacer el desgaste a Bagnaia y a Miller en las vueltas iniciales y, en cuanto "calentó" y quitó algo de peso en el depósito de combustible, pasó a la acción.
Por entonces, su compañero de equipo, el francés Fabio Quartararo, estaba por delante de él, pero no aguantó mucho cuando el español decidió atacar, como tampoco unas vueltas más tarde pudieron resistir su ataque ni Miller ni el propio Bagnaia, dejando claro que la estrategia de su equipo había sido la correcta y, por supuesto, que la Yamaha comienza el campeonato con un "equilibrio" de fuerzas mucho mayor que cualquiera de sus competidores.
Si hubiese que establecer una clasificación por fábricas, en buena lógica la segunda posición tendría que ser para Ducati, si bien es cierto que su extraordinaria velocidad máxima es el principal apunte a su favor, como sinceramente reconoció el propio Bagnaia en rueda de prensa al afirmar que el motor le había dado el podio en esta ocasión. Y así fue.
Suzuki es la tercera de la lista, el rendimiento de Alex Rins, a pesar de su fallo en la salida, y el de Joan Mir, al que sólo la velocidad máxima le privó de subirse al podio en la primera carrera de la temporada, son sus mejores valores como moto equilibrada en todos los aspectos y por lo visto en Losail.
El fabricante de Hamammatsu, es nuevamente una de las marcas a tener en cuenta a lo largo de la temporada, sobre todo porque son pocos los trazados con rectas tan largas como la de Catar a lo largo de la temporada y en condiciones normales sus pilotos habrían estado en la pelea por el podio sin ningún problema, tal y como demostró Joan Mir, que se equivocó en la última curva y vio como le "vapuleaban" en aceleración las Ducati.
Aprilia es otra de las marcas a las que sonríe la fortuna y también la única que todavía cuenta con ciertas ventajas al no haber conseguido podios, pero lo cierto es que la última evolución de la RS-GP da al fabricante italiano de Noale motivos más que suficientes para sonreír.
El primer motivo, a pesar de la séptima posición del español Aleix Espargaró, su principal piloto, es que acabó a menos de seis segundos del vencedor de la carrera, una exigua diferencia que no habían conseguido hasta la fecha y que, por tanto, le hace ser optimista en este inicio de temporada. Sobre todo porque son los únicos que pueden evolucionar su moto y realizar test allá en donde los demás lo tienen vetado.
Además, el italiano Andrea Dovizioso, experimentado piloto de MotoGP con Ducati y antes también con Repsol Honda, probará en abril la moto en el circuito Ángel Nieto de Jerez y su aportación a la evolución del equipo podría resultar importantísima, así como una posible "colaboración" -léase contrato- más estrecha entre las partes para el futuro.
En el polo opuesto, por lo visto en Losail, se encuentran tanto Honda como KTM, aunque en el caso de los primeros parece de más fácil solución, pues su nuevo piloto, Pol Espargaró, todavía no termina de adaptarse a la Repsol Honda, pero la octava plaza deja abierta la puerta de la esperanza al de Granollers, sobre todo porque definió con bastante certeza todo aquello que le faltó para ser más rápido en pista.
Otro cantar es el de las austríacas KTM. En la primera carrera de Losail ni se les vio ni se les esperó en ningún momento.
Sus flamantes fichajes para la temporada, el surafricano Brad Binder, vencedor en la República Checa, y el portugués Miguel Oliveira, vencedor en Portugal de la última carrera de la temporada y antes también en Estiria (Austria), no estuvieron en ningún momento con posibilidades de pelear por las mejores posiciones y eso tiene que hacer "espabilar" cuanto antes a los ingenieros de la fábrica de Mattighoffen.