Tras lograr el sencillo que dio la cuarta carrera a los Yankees en la tercera entrada de su último partido tras 20 temporadas con los Yankees, Jeter saludó a la afición y se retiró. Ya no jugará más.
La hinchada del mítico Fenway Park y los jugadores de los Red Sox lo despidieron con una ovación y el campocorto saludó agradecido con el casco en la mano.
"Creí que era el momento adecuado", dijo Jeter sobre el momento que pidió el cambio y dejar la cancha. "Mis emociones se desbordaron el jueves en Nueva York. Cuando vine aquí estaba preparado para acabar mi carrera. Estoy listo para que acabe", agregó el protagonista de un partido intrascendente ya que ninguno de los dos equipos peleará por el título.
Jeter, de 40 años, deja el deporte con 3,465 hits, un porcentaje de bateo en su carrera de .310 y convertido en una de las grandes leyendas del deporte de la pelota.
El capitán con el número dos llevó a los Yankees a cinco Series Mundiales, es el sexto jugador con más hits en la historia del deporte y el que más anotó con la camiseta rayada del equipo más laureado del béisbol de Estados Unidos.
Es además el líder histórico de hits en postemporada (200), el cuarto con mejor porcentaje de bateo en Series Mundiales (.321), el que más carreras logró en postemporada (111), el jugador que más campañas vistió de Yankee y el segundo en enlazar ocho temporadas con al menos 200 hits.
Antes del partido de hoy en Boston, ganado por los Yankees por 9-5, hubo una ceremonia de media hora en la que Jeter fue felicitado por ex capitanes de los equipos profesionales de Boston.
En el marcador manual se pudo leer "With respect 2 Derek Jeter" (Con Respeto para Derek Jeter) y también se vio la palabra "RE2PECT" con el número 2 del jugador, al que también se lo homenajeó con la canción "Respect".
Jeter se despidió del Yankee Stadium de Nueva York el jueves con un sencillo que dio el triunfo a su equipo en un memorable final y descansó el viernes.
Volvió el sábado para enfrentarse en Boston a los Red Sox, que vieron hoy su último partido y que dejaron atrás la rivalidad entre los equipos para despedirlo como uno de los más grandes de la historia del béisbol.
"Ha sido una bendición jugar con un jugador así, dirigir a un jugador que es lo que uno quiere en todo jugador", dijo el entrenador de los Yankees, Joe Girardi.
"No conozco a nadie que pueda unir a una multitud como él. Tanta rivalidad, tanta historia entre ambos equipos, pero de algún modo, uno habría pensado que hoy se trataba de un solo equipo. No sé cuántos jugadores en el deporte pueden lograr algo así", dijo Girardi sobre la comunión entre Red Sox y Yankees.
Decenas de camisetas rayadas con el número 2 se vieron en Fenway Park, algo inimaginable por la enorme rivalidad entre ambos conjuntos. (DPA)