El delantero del Real Madrid se llevó el trofeo en el Kongresshaus de Zúrich sin haber ganado un sólo título en 2013, pero a base de puro gol superó al argentino Lionel Messi y al francés Franck Ribéry.
El portugués obtuvo 1.365 puntos en las votaciones de seleccionadores, capitanes y periodistas de todo el mundo, frente a los 1.205 del argentino y los 1.127 del francés.
Los 69 tantos que logró y la potencia con la que dominó los partidos fueron suficiente para derrotar los cinco títulos de Ribéry con el Bayern Múnich y la deslucida segunda mitad de año de Messi, plagada de lesiones y ausencias.
"No hay palabras para describir este momento", dijo Cristiano tras recibir el trofeo de manos de Pelé y abrazar a su hijo, que subió con él al estrado.
"Me siento muy feliz, gracias a todos mis compañeros del Real Madrid y de la selección, y a mi familia", añadió el portugués de 28 años antes de que la voz se le cortara por el llanto. "Disculpen, pero los que me conocen saben lo difícil que ha sido llegar a este momento".
"Yo soy así, una persona de emociones", explicó más tarde el delantero, que no pudo contener las lágrimas cuando vio llorar a su madre.
La alegría era desbordante en el séquito del jugador blanco, especialmente en su agente, Jorge Mendes, que se paseó extasiado ante la prensa con el trofeo en las manos.
"Todos sabemos como es Cristiano: el mejor profesional del mundo, el mejor jugador del mundo y este sí va a ser el mejor jugador de la historia porque no va a haber uno igual a él", dijo el portugués.
El proceso no estuvo exento de polémica, pues la FIFA decidió inesperadamente ampliar el plazo de votación 15 días en noviembre, lo que algunos consideraron una forma de beneficiar a un Cristiano que en esos días maravilló con cuatro goles en el playoff mundialista ante Suecia.
Walter de Gregorio, portavoz del ente rector, aseguró que la única razón de la reapertura de la elección fue llegar a un convincente 88 por ciento de participantes y que el resultado habría sido el mismo aunque nunca hubiera habido ampliación de plazo.
"Estoy muy decepcionado por Ribéry", dijo no obstante el presidente de la UEFA, Michel Platini. "¿Será el año que viene de nuevo Ronaldo-Messi? ¿Dentro de dos años Messi-Ronaldo? ¿Dentro de tres Ronaldo-Messi? En los últimos 50 años también contaba el éxito para entregar el Balón de Oro".
"Hubo algo pequeño que cambió en el Balón de Oro desde que lo entrega la FIFA", lanzó el francés, abierto opositor de Blatter.
En cualquier caso, la amarga espera de Cristiano llegó hoy a su fin, después de cuatro años en los que vio cómo su gran enemigo, Messi, subía una y otra vez al estrado como ganador.
Determinado, implacable y obsesivo, el portugués nunca se dio por vencido, pese a que su relación con la FIFA fue deteriorándose hasta el punto de que este año estuvo a punto de renunciar a viajar a Zúrich.
La imitación que el presidente del ente rector, Joseph Blatter, hizo del portugués, al que calificó como un "comandante en el campo", no sentó nada bien al jugador del Real Madrid.
"Es un tema que está olvidado", admitió hoy el portugués, que estuvo acompañado en Zúrich por su novia, Irina Shayk, su madre y hermanas, Mendes y el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, entre otros.
Vestido con un elegante traje negro entallado, Cristiano fue en su gran día el más discreto de los tres nominados, pues Messi volvió a sorprender con un color granate eléctrico y Ribéry se atrevió con pantalones estampados.
Su cara, no obstante, era la más radiante. Cinco años después del logrado tras ganar la Liga de Campeones con el Manchester United en 2008, Cristiano sumó hoy su segundo Balón de Oro, el primero como jugador del Real Madrid, club con el que renovó este año y que lo convirtió en el futbolista mejor pagado del mundo.
"Lo tiene merecido porque hizo un gran año, igual que Ribéry. Cualquiera que lo gane creo que iba a ser justo", dijo Messi. El francés, sin embargo, prefirió no aparecer ante los medios.
La entrega del Balón de Oro fue el punto culminante de una Gala de la FIFA cada vez más glamourosa y hollywodiense, en la que Brasil, anfitrión del Mundial en 2014, fue el leit motiv.
Pelé recibió un Balón de Oro honorífico y lloró emocionado, pero Ronaldo, Neymar, Amarildo y Julio César también desfilaron por un show conducido por la modelo Fernanda Lima, gran estrella del sorteo mundialista de diciembre, y el más brasileño de los holandeses, Ruud Gullit.
La germana emoción contenida de Jupp Heynckes al recibir el premio a mejor entrenador del año puso un momento de sobriedad e hizo algo de justicia al gran Bayern Múnich de 2013, ganador de Bundesliga, Copa alemana, Liga de Campeones, Supercopa europea y Mundial de Clubes.
Las Ligas de España, Alemania y Francia se repartieron el mejor once de 2013, con Manuel Neuer, Daniel Alves, Sergio Ramos, Thiago Silva, Philipp Lahm, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Ribéry, Cristiano Ronaldo, Messi y Zlatan Ibrahimovic, quien además se llevó el premio al mejor gol del año.
La arquera alemana Nadine Angerer se llevó el título de mejor del año 2013 por su influencia en la victoria germana en la Eurocopa de 2013 en Suecia. La mejor entrenadora del año fue la seleccionadora alemana, Silvia Neid, mientras que el premio presidencial fue para el ex presidente del COI Jacques Rogge.