Cuando el desafío marchaba 6-1 a favor de los saprissistas en el minuto 35 del segundo tiempo, una llamada anónima a la seguridad de los anfitriones advirtió sobre un supuesto artefacto explosivo en algún sector del estadio y de inmediato se le solicitó a los más de 12 mil aficionados y jugadores abandonar de manera ordenada el recinto.
El vocero del Ministerio de Seguridad Pública, Carlos Hidalgo, confirmó la información y apuntó que 'evacuamos el estadio por un protocolo de seguridad. Estamos pidiendo que se haga lo más pronto posible'.
Narradores del partido expresaron su asombro ante el suceso, inédito en la historia deportiva de este país, donde hasta hace muy poco los hechos de violencia eran aislados y nada frecuentes.
El juego fue suspendido y se reprogramará este lunes en horas de la tarde.
Sin embargo, la violencia en el fútbol amenaza con el buen desarrollo de deporte nacional en Costa Rica, pues la semana anterior a la salida de un partido entre Herediano y Cartaginés, fanáticos de ambos conjuntos se enfrentaron y las imágenes muestran a uno de ellos cuando alzaba un bloque y se lo lanzó en la cabeza a un rival.
Pese a ser identificados y arrestados, los implicados en ese acto de intento de homicidio no recibieron medida de prisión cautelar, sino puestos en libertad.