El esloveno fue el máximo anotador de los de Dallas con 19 puntos (9 de 24 en tiros), pero durante toda la velada se le vio sufrir por las molestias en el cuello que empezó a sentir en el tercer partido.
La frustración y el enfado de Doncic se extendieron a todo su equipo, que logró un mísero 17 % en triples como parte de un encuentro para el olvido en la parcela ofensiva.
En el bando contrario, los Clippers disfrutaron de una noche casi perfecta al abrigo de sus dos estrellas: Kawhi Leonard (29 puntos y 10 rebotes) y Paul George (20 puntos y 9 rebotes).
Los angelinos habían aterrizado en Dallas (EE.UU.) con un hilo de vida tras perder de modo sorprendente sus dos encuentros en casa.
Pero ahora regresan a California con la serie empatada y la moral en alto tras recuperar el factor cancha con dos triunfos a domicilio absolutamente meritorios.
El baloncesto físico y sudoroso con un quinteto bajo y agresivo en la defensa del tiro exterior volvió a funcionar a los Clippers, que repitieron la receta que les dio la victoria en el tercer duelo y que apostaron por Nicolas Batum de inicio en lugar de Ivica Zubac.
Serge Ibaka se perdió su segundo partido seguido por problemas en la espalda.
Esta apasionante serie entre Clippers y Mavericks, que es una repetición de la vivida en la "burbuja" del año pasado (4-2 para los angelinos), también se ha convertido en un tablero de ajedrez en el que se miden dos formas de entender el baloncesto: la contundencia del juego interior frente a la movilidad de un quinteto más bajo.
ALTOS CONTRA BAJOS
Kristaps Porzingis fue uno de los señalados en la derrota del viernes después de que no sacara ventaja con su 2.21 de altura del quinteto bajo que amargó la noche a los Mavericks.
El letón hizo autocrítica y este domingo salió decidido a buscar sensaciones en la zona anotando las dos primeras canastas de su equipo.
Otro que tuvo un potente comienzo fue Kawhi Leonard, que se mostró muy agresivo para los Clippers atacando la blanda defensa en la pintura de los Mavericks (6-11 con 7.40 por jugarse).
Frente su incandescente arranque en el tercer partido, Luka Doncic tardó en carburar y cruzó el ecuador del primer cuarto sin conseguir ningún punto.
Gran parte de la culpa la tuvo la exigente y muy esforzada defensa de los Clippers, que sin un cinco clásico podían apretar mucho más los marcajes en el perímetro sin temer que los cambios les dejaran en desventaja.
La batalla táctica continuó con la entrada del gigante Boban Marjanovic para los Mavericks, quien con su 2.24 y su gran corpulencia quedó emparejado con un claramente desprotegido Nicolas Batum (2.03).
No tardó el genial pívot serbio en sacar partido: anotó en sus dos primeros ataques y puso en pie al American Airlines Center (12-13 a falta de 5.27).
Tyronn Lue no aguantó el reto planteado por Rick Carlisle y metió entonces a Ivica Zubac.
Pero el pívot croata sufrió las consecuencias de forma inmediata: en su primer cambio con Doncic el base anotó sus primeros puntos del encuentro.
Para suerte de los Clippers, Leonard continuó ajeno a cualquier pleito entre entrenadores y con 10 puntos (5 de 5 en tiros) en el primer cuarto (22-31) resultó ser imparable para unos Mavericks demasiado contemplativos y que padecieron el flojo inicio de Doncic (4 puntos con 2 de 8 en tiros).
El intenso y abrumador despliegue físico de los Clippers continuó en el segundo parcial con un Paul George desatado que logró 10 puntos casi consecutivos (27-43 con 8.24 por disputarse).
Un triple de Leonard llevó a los Clippers a rozar los 20 puntos de diferencia, pero Doncic respondió con 4 puntos seguidos para frenar el desastre.
Los gestos de dolor de Doncic con el hombro eran cada vez más evidentes aunque el base siguió golpeando el aro rival sin importarle las molestias hasta conseguir 15 puntos antes del descanso.
Sin embargo, los Mavericks no hallaron la manera de frenar a las dos estrellas de los Clippers, George y Leonard, quienes con 18 y 17 puntos, respectivamente, consolidaron una excelente primera mitad de los angelinos (45-61).
Las estadísticas al descanso reflejaron perfectamente la diferencia en el ataque de ambos conjuntos con los Clippers dominando en los tiros de campo (52 % frente a 38 %) y los triples (41 % por 19 %).
IMPOTENCIA DE LOS MAVERICKS
Muy poca cosa cambió tras el paso por vestuarios.
Los Mavericks, deprimidos e impotentes por el estado de Doncic, no eran obstáculo para unos Clippers que se encontraban muy cómodos y que pronto superaron la barrera de los 20 puntos de ventaja.
Los actores secundarios que tan buen resultado dieron a los locales en los dos primeros partidos no propusieron ninguna alternativa (47-71 con 7.29 por jugarse).
La remontada ya se situaba en el ámbito de lo milagroso, pero los Mavericks no dibujaban ni la defensa agobiante ni una racha explosiva de ataque que les pusiera en la senda de una victoria totalmente improbable a esas alturas (60-82).
Los Mavericks intentaron inventarse una fórmula mágica por todos los medios, incluso jugando a la vez con dos interiores como Porzingis y Marjanovic, pero en el último cuarto nada entorpeció el plácido viaje de los Clippers hacia la victoria.
El quinto partido de esta serie se disputará el miércoles en Los Ángeles (EE.UU.).