Moderado por el periodista español Juan Cruz, el diálogo entre los dos autores fue observado por una gran cantidad de jóvenes que abarrotó las instalaciones del Salón Juan Rulfo, el más grande de la feria.
Entre los asistentes también estuvo la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes, autor de "Gringo Viejo", "La región más transparente" y "Aura", quien al final del encuentro entregó las medallas conmemorativas a Vargas Llosa y Grossman.
"Hoy sé que a los 10 años descubrí que los libros son el único lugar en el mundo donde pueden coexistir las cosas y su pérdida" fue la frase de Grossman con la que el periodista Juan Cruz dio inicio a la conversación.
La literatura precoz del autor israelí y las aventuras que permitieron a Vargas Llosa convertirse en explorador cuando apenas tenía cinco años dieron sustancia a un profuso intercambio de experiencias literarias entre ambos escritores.
Grossman es también considerado un mensajero de paz y un hombre que ve el conflicto de Cercano Oriente con una perspectiva distinta desde que su hijo murió durante una emboscada de Hizbollah al Ejército de Israel.
Sin embargo, en la apertura del Salón Literario en la FIL dejó claro que no quería hablar de política, sino sólo de literatura, diferenciando entre otras cosas la narrativa del periodismo.
"Un periódico hace que la gente se sienta parte de un proceso social determinado, pero las novelas permiten al lector recrear esa historia, vivirla como si fuera real y él fuera el protagonista", dijo Grossman.
"He aprendido mucho de libros cuyos títulos ya ni recuerdo. Tampoco puedo decir cuál ha sido el efecto real que esos libros han tenido en mí, pero han sido mi mayor influencia en mis gustos, mis disgustos, mis pasiones y mis aficiones", dijo a su vez el autor peruano de "La ciudad y los perros".
Vargas Llosa dijo que comenzó escribiendo para escapar de la tristeza y que comprendió al ejercer el oficio que la vida de un autor es la de un ser privilegiado que goza contando historias "para hacer maravillosa su pobre vida".
Grossman, autor de "Duelo", "Delirio" y "Abrazo", por su parte, dijo que escribe para contar la tragedia en sus propios términos.
En el punto de estas explicaciones fue cuando el tema de Israel se hizo insoslayable y ocupó gran parte de las dos horas que duró el Salón Literario en la FIL.
Para Grossman, el conflicto de Cercano Oriente entre israelíes y palestinos se resolverá cuando estos tengan su propio Estado independiente y conmovió a los asistentes con su prédica a favor de la paz.
Israel no es para el escritor un sitio al que pueda considerar su hogar, puesto que "allí las fronteras se mueven en forma constante".
"Es como vivir en medio de un terremoto que no cesa, las paredes se mueven y el mundo se corre", dijo en un discurso en inglés que duró 15 minutos y que cerró leyendo algunos párrafos en hebreo de su libro del 2012 "Más allá del tiempo".
En tanto, Vargas Llosa afirmó que cuando viajó a Israel por primera vez en los años 70 descubrió que "casi todos los escritores israelíes, queriéndolo o no, sabiéndolo o no, cumplían con el principio de Jean Paul Sartre en el sentido de que escribir equivale a cumplir con una responsabilidad: la de hacer una literatura que de alguna manera enfrentara a la tremenda problemática que ellos vivían".