Christian Manhart afirmó que las réplicas aún dificultan las labores de evaluación, pero que podía confirmar que la situación en algunos de los siete sitios era "absolutamente dramática".
"Las peores destrucciones han ocurrido en la plaza real Durbar de Katmandú, donde casi todos los templos han sido destruidos. En la plaza Durban de Patán han quedado arruinados la mitad de los templos, y en Bhaktapur también la mitad de sus monumentos ha corrido la misma suerte", apuntó.
Los monumentos fueron inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979 por representar un testimonio excepcional de la civilización multiétnica que se asentó en el remoto valle del Himalaya en los últimos dos mil años.