En el mercado de Jamaica, ubicado en la delegación Venustiano Carranza de la ciudad de México, están listos para la romería navideña de este año ofreciendo piñatas ataviadas de papel de china, retocadas con crepé, y otras más modernas con vestiduras tornasol.
Algunas de ellas con cinco, siete y hasta nueve picos en su "barriga"; otras más, sólo con tiras de colores, que las hacen ver relucientes y listas para ser llevadas a la primera posada del año.
También hay figuras de princesas de cuentos, de hombres de historietas o de alguna caricatura que suele transmitirse en televisión.
Las piñatas de barro y las de cartón esperan ansiosamente ser elegidas para adornar el techo de una empresa, para llevar dentro los dulces de las posadas y para festejar la navidad.
Esta tradición fue adoptada por Marco Polo en uno de sus viajes a China, y desde Italia hasta algunas regiones españolas comenzaron a darle un carácter religioso a la piñata en la celebración de la Cuaresma, con 'el baile de la Piñata', en la que una vasija representaba a la misma.
Gracias a misioneros agustinos, la piñata llegó al continente americano con fines de evangelización, quienes por medio de las coloridas ollas repletas de fruta atraían a más feligreses a sus ceremonias religiosas.
El encargado del archivo del Cabildo Metropolitano de la Arquidiócesis de México de la Catedral Metropolitana, Salvador Valdez Ortiz, agregó que esta celebración, como la de los "nacimientos" y la Pasión de Cristo, son representadas en forma teatral o ideográfica como tradición desde la conquista espiritual.
"Era difícil comunicarse con los indígenas, así que los frailes franciscanos adoptaron estas prácticas para darse a entender y explicar la fe cristiana a los habitantes de la Nueva España", relató.
Valdez Ortiz aseguró que las piñatas tienen siete picos porque, según el catolicismo, representan los siete pecados capitales.
"El palo para golpearla simboliza el evangelio, los dulces y fruta con la que está repleta la piñata significan la bienaventuranza y la venda en los ojos figura la fe ciega del sujeto", aseveró.
Asimismo, refirió que las piñatas se rompen durante las posadas generalmente, que son nueve celebraciones que inician el 16 de diciembre y terminan el 24 del mismo mes.
Relató que la explicación del número de posadas recae en el recorrido que hicieron la Virgen María y José el Carpintero, quienes pasaron a nueve diferentes casas para solicitar que les dieran alojamiento y en la última, ubicada en Belén, fue donde nació el niño Dios.
En la antiguedad, las piñatas eran unas vasijas de barro con pequeños adornos de colores, que se iban haciendo de una en una para las festividades de Pascua y Cuaresma.
Hoy en día, el proceso para hacer una piñata depende del material, tiempo, cantidad y, sobre todo, de la imaginación que tenga la persona que la va realizar.
Armando Tejas, comerciante del mercado de Jamaica, indicó que una sola piñata se hace en dos horas, pero cuando se van a ofrecer a la venta es necesario invertir hasta una semana para hacer casi 200 piñatas.
"Para elaborar piñatas de cartón con picos, primero sacas los moldes inflando un globo y le pegas periódico con engrudo, luego se dejan secar. Al otro día te dedicas a parchar las que tengan algún daño mientras haces el molde e igual dejas que se sequen bien".
"El tercer día es para hacer los picos de papel en forma de cono y empezar a pegárselos en la panza al molde", continuó el comerciante.
Reconoció que las que están hechas de cartón son más baratas -cuestan 40 pesos la más grande-, pero es más laborioso su proceso de producción.
Los últimos días son exclusivos para vestirla con los millares de papel de china y crepé que adquiere en el Centro Histórico para dejarlas coloridas y atractivas para la vista de los cientos de clientes que acuden diariamente al mercado, mencionó.
Tejas indicó que una piñata hecha de olla de barro cuesta 15 o 20 pesos producirla, pero el precio final depende el tamaño, el papel y la cantidad de picos que lleve encima.
"Cuando ya están listas, las vendo en 50 o 40 pesos, si son de cinco o cuatro picos; pero si son de siete u ocho, las damos en 60. Cuando me compran más de dos piezas les bajo el precio, si me regatean, también", sostuvo.
El vendedor dijo que en la producción de piñatas participa toda la familia y aseguró que en la mayoría de los puestos es así, excepto algunos que ya tienen proveedores de todos los modelos y sólo se dedican a revenderlas.
Liliana Vázquez, también vendedora de piñatas, indicó que es un negocio familiar que sigue desde hace 15 años y para mantener su lugar en el pasillo principal proporciona una cuota diaria a la delegación por derecho de piso.
Mencionó que para ellos la temporada inició el 15 de octubre abriendo los locales desde las nueve hasta las 20:00 horas y espera que en una semana comience a llegar la gente a hacer sus compras para esta época navideña.
Pese a la gran variedad y cantidad de piñatas que ya hay en este mercado, los comerciantes coincidieron en que las ventas han estado muy bajas en comparación a otros años.
Liliana agregó que la temporada terminará el 7 de enero y que además de árboles de navidad, nacimientos y piñatas, los comerciantes también ofrecerán juguetes para el día de los Reyes Magos desde las ocho de la mañana hasta pasada la medianoche.