En esta tercera jornada milanesa de desfiles, la dupla de diseñadores Miuccia Prada y Raf Simons ha pensado una colección otoño-invierno para un hombre urbano que siente una "profunda necesidad" de conectarse con el mundo que le rodea.
Por eso la pasarela transcurrió entre sillas de oficina colocadas sobre un lecho de musgo, rocas y torrentes.
El hombre de Prada vestirá relajados trajes de corbata, con cinturones retorcidos, a veces más serios pero también combinados con pantalones rojos o morados, así como elegantes sobretodos.
En la colección destacan dos piezas: una serie de sandalias entrelazadas y unos gorros como los que se usan en los deportes acuáticos, presentados en una infinidad de colores vivos.
Porque la intención, según ha explicado la marca, es destacar la dicotomía entre ambos mundos, el urbano y el natural.