En su desfile como miembro invitado de la alta costura, la diseñadora holandesa Iris Van Herpen recreó una naturaleza salvaje que envolvió los pies en raíces de plástico, convirtió los vestidos en árboles y transformó a las modelos en anfibios o en pájaros.
La diseñadora troqueló las hojas sobre las prendas, insertó ramas con filamentos que se movían a cada paso y construyó un cóctel de plumas artificiales que incluía cabezas de ave, en esta aventura por nuevos materiales.
Herpen trabajó el relieve de las escamas y el cartílago en una resina en color piel que se fundió con el cuerpo y que evocó una mujer acuática.
Este inquietante desfile se desarrolló en un lugar muy adecuado: el Palais de la Découverte, museo de ciencias de París, que se encuentra en las cercanías del Grand Palais, una de las grandes sedes de la semana de la moda.
Los diseñadores búlgaros Livia Stoianova y Yassen Samouilov, mentes creativas de la firma On aura tout vu, eligieron la sombra de los árboles de los jardines del Palais Royal para descubrir una colección otoño-invierno de prendas articuladas por cristales y formas de plástico.
Las chaquetas disfrutaron de un volumen armonioso y suave en movimiento, mientras que los vestidos largos se fusionaron con el cuerpo gracias a la muselina.
On aura tout vu trabajó los degradados y los brocados que contrastaron con la rigidez de las figuras de resina en colores flúor que invadieron las prendas y protagonizaron la joyería.
El desfile terminó con una novia cuyo cuerpo quedó rodeado de forma radial por placas de resina transparente que dieron forma a un vestido de cóctel.
Los colores primarios, junto con el violeta, el naranja, el fucsia o el salmón se mezclaron de forma gradual con el blanco o el negro.
Fuera del calendario oficial, Charlie Le Mindu ofreció una presentación de alta peluquería en las Galerías Lafayette.
"La alta peluquería es alta costura, pero para la peluquería", reivindicó Le Mindu, quien diseñó pelucas extravagantes inspiradas "en África, las tribus africanas, Etiopía, la reina de Saba", como explicó a Efe.
Ostentosos tocados de pelo rubio platino que representaban una máscara étnica, un tupé que se elevaba alrededor de treinta centímetros por encima de la cabeza y que caía en cola de caballo o una cresta formada por un cilindro apoyado sobre pelo corto fueron algunos de los modelos de esta décimo primera colección del peluquero.
Los peinados artificiales simularon una peineta de pelo con trenza que llegaba a cubrir parte de la cara, y recrearon el rostro de una muñeca superpuesto a la cabeza de la modelo.
En esta primera jornada de desfiles de alta costura de París, presentaron sus colecciones en el calendario oficial Christian Dior, Christophe Josse, Alexis Mabille y Giambattista Valli.
En el "off", fue el turno para Eric Tibusch, Maison Anoufa y Georges Hobeika, además de Christian Lacroix, quien regresó por todo lo alto con una colección de homenaje a Elsa Schiaparelli. (EFE)