Veinticinco imágenes seleccionadas por la propia Iturbide, reconocida como "la mejor fotógrafa viva de América Latina", se presentarán en una exposición virtual en la web de la Organización Mundial de la Fotografía a partir del 15 de abril, cuando también se anunciarán los ganadores del resto de categorías.
"Estoy encantada y me siento honrada de recibir este premio. Este tipo de reconocimiento es un gran incentivo para seguir trabajando", afirma Iturbide en un comunicado.
"La fotografía crea para mí un sentimiento de comprensión hacia lo que veo, lo que vivo y lo que siento y es un buen pretexto para conocer el mundo y su cultura», añadió.
Graciela Iturbide nació en 1942 en Ciudad de México en el seno de una familia católica tradicional, la mayor de 13 hermanos.
Tras casarse a los 20 años y tener tres hijos, no fue hasta los 27 años cuando decidió perseguir su pasión e inscribirse en el Centro Cinematográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
A finales de la década de los 70, se convirtió en figura central de un movimiento creciente de fotógrafos latinoamericanos que se unían para "reclamar" la identidad visual de sus países de la mirada de los fotógrafos foráneos.
El Premio a la Contribución Destacada a la Fotografía honra a una persona o grupo de personas que han tenido un impacto significativo en el medio fotográfico.
Como su decimocuarta galardonada, Iturbide se une a una lista de nombres icónicos como William Eggleston (2013), Mary Ellen Mark (2014), Martin Parr (2017), Candida Höfer (2018), Nadav Kander (2019) y Gerhard Steidl (2020).