Esa plaza se encuentra asentada donde un día fuera la estación del Ferrocarril Hidalgo y que al ser demolida en 1957 dio lugar a su ubicación actual y a su alrededor se encuentra el Palacio de Gobierno de la entidad hidalguense, el famoso teatro Bartolomé de Medina y un parque arbolado.
En sus portales o arcos se asentaron los stands de los distribuidores de libros, libreros, editores e instituciones educativas que comenzaron a promover el libro, la lectura entre la población universitaria.
A partir del 9 de agosto de 1988, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), al ampliar su dirección de Extensión Universitaria en tres direcciones, dio marcha, a través de su compromiso de difusión cultural y vinculación con la sociedad, a la hoy fuertemente consolidada nacional e internacionalmente Feria Universitaria del Libro (FUL).
Una reseña el 13 de agosto de 1988 en el diario “Nuevo Día” decía que “en fiesta popular cultural se convirtió la Primera Feria Universitaria del Libro (FERILÚ), inaugurada por el gobernador Adolfo Lugo Verduzco y el rector Juan Manuel Menes Llaguno”. El redactor hizo constar en su texto que amenazaba lluvia, pero que tal amenaza no ahuyentó a los visitantes que circulaban entre las mesas de las 51 editoriales que acudieron a los portales de la Plaza Juárez.
También consignó las dos exposiciones, una de caricatura y otra de carteles; la primera de Luis de la Torre y la segunda del artista visual Enrique Garnica, quien además realizó los carteles de promoción de la feria.
Tras años en los portales de la Plaza Juárez, la feria se vio rebasada, tanto en costos, como en logística; las editoriales sintieron onerosa la contraprestación; de tal modo que la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo ideó un mecanismo y estrategia no sólo para salvaguardar esta fiesta cultural, sino también para enriquecerla, hacerla más atractiva y convocar a más casas editoras, a todo lo relacionado a los libros y la lectura y a crear espacios de nuevos lectores, así como incentivar la discusión en torno a los cambios en la tarea humana de leer a través de talleres, conferencias, mesas, coloquios, etcétera.
Así fue como en 2011 la FUL cambió su sede al Polideportivo Carlos Martínez Balmori que se encuentra en la Ciudad del Conocimiento, una instalación que además de dos salas, cuenta ya con un auditorio de primer nivel para la presentación de los personajes que acuden a traer su conocimiento a la sociedad hidalguense y sus visitantes.
De tal suerte que a esta fecha, la edición que hoy se está gestando, la 29a. Feria Universitaria del Libro, tiene la expectativa de superar los logros de la FUL 2015, que obtuvo 151 mil 203 asistentes, participaron 220 editoriales iberoamericanas y del país, y es ahora una plataforma de lanzamiento de interesantes iniciativas culturales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, a través de su Patronato.
La FUL se consolida como el evento cultural universitario más importante en la entidad, con especial énfasis en la promoción del libro, la lectura y su inclusión en el mercado editorial, cuyo objetivo sigue siendo el fundacional: “Fomento a la lectura”.
El actual recinto de la FUL, el Polideportivo “Carlos Martínez Balmori”, está equipado con eficientes y eficaces tecnologías de comunicación, de audio, datos y video (streaming); para seguir con su lema “donde a las letras no se las lleva el viento”, ahí, en la Ciudad del Conocimiento, asentada en el kilómetro 4.5 de la carretera Pachuca-Tulancingo, en Mineral de Reforma, Hidalgo, México.