Joan Baez desentraña el origen de todo su dolor en ‘I Am A Noise’: “Ha sido un a

Joan Baez ha sido cantante y activista, ahora es también pintora y poeta, pero lo que ha arrastrado siempre con ella ha sido un dolor del que hasta hace no tanto desconocía la procedencia.

Etiquetas: 

2d08735961bc9e5dd99f65ee8427c4e36e6c1502miniw.jpg

La cantautora estadounidense Joan Baez. EFE/Javier Etxezarreta

Después de muchas horas de terapia, que le permitieron entrever cuál era el lugar en el que nacía esa angustia, Baez ha decidido contar su vida en ‘I Am A Noise’, un documental, que llegará a los cines españoles el próximo viernes, donde narra desde su turbulenta relación con Bob Dylan a los abusos de su padre: “ha sido un alivio averiguar todo lo que pasó entonces”.

Baez fue una niña acomplejada por sus orígenes mexicanos que no supo gestionar su meteórico estrellato: “pasé de sentir que no era suficiente a que me consideraran la Virgen María”, dice en el documental, que ha sido proyectado en los Cines Verdi de Barcelona con motivo del BCN Film Fest, a lo que ha seguido un coloquio con la cantautora a través de una videoconferencia.

En ‘I Am A Noise’, Baez recapitula y trata de encontrar respuestas a la aflicción que la persiguió desde pequeña: el origen del todo lo encuentra en la familia, sobre la que dice que tiene “demasiado conflicto interno como para tener recuerdos agradables”, lo que es la suma de un padre de quien Baez cree tener indicios que abusó de ella, una madre que no supo qué hacer y una relación con las hermanas basada en el poder y los celos.

Durante el coloquio, la compositora ha confesado que si se ha abierto de esta manera para la película es porque Miri Navasky, Karen O'Connor y Maeve O'Boyle, las directoras, son amigas suyas, por lo que decidió “entregarles la historia por primera vez”, lo que también ha supuesto una revelación para ella.

Ante los asistentes al BCN Film Fest, Baez ha admitido que todas las personas famosas tienen dos caras, la que muestran al público y la que se reservan para sí, y con sinceridad ha reconocido que “yo a lo largo de mi vida he puesto esta cara para mí misma también”.

“Si disfrutaba demasiado enseguida me ponía mala”, confiesa Baez en el documental, justo después al terminar de explicar su ruptura con Bob Dylan.

Del premio Nobel de Literatura, a quien dio la alternativa después de quedarse petrificada escuchando cantar a un “chico andrajoso” en el Gerde’s Folk City de Nueva York, Baez dice que él necesitaba alguien que lo cuidara, mientras que ella alguien a quien cuidar, aparte de que enseguida se enganchó a su música y sus ganas de aventura.

Después de una gira por Inglaterra en 1965, pero, la vida de estrella que llevaba ‘Bobby’ era inalcanzable para “la rarita folk que lo acompañaba”, ya que ese mundo de “droga y virilidad” estaba en otra dimensión.

“Dylan me rompió el corazón, fue devastador”, lamenta Baez en ‘I Am A Noise’, “era todo muy intenso, la música, la política, nuestra relación…”.

Terminada la relación con Bob Dylan, Joan Baez comenzó su romance con el activista David Harris, padre de Gabriel, su único hijo, quien dice de su madre que “estaba ocupada salvando el mundo, lo que para un niño es difícil de asimilar”.

“Era adicta al activismo, lo pasaba bastante mal cuando no tenía ninguna causa”, admite la artista, quien cree que solo una vez terminada la guerra de Vietnam, liberada del peso que suponía en ella tener algo por lo que luchar, pudo publicar ‘Diamonds and Rust’, considerado su mejor álbum, y que fue el primero en no tener ninguna vocación política.

Aunque esté un poco más alejada del foco mediático, Baez sigue atenta al contexto político, por lo que al ser preguntada durante el coloquio por una canción actual que pueda asemejarse al ‘Blowin' in the Wind’ de Dylan o al ‘Imagine’ de Lennon, la cantautora asegura que “la música sigue siendo tan importante como antes, quizá no tenemos una canción que lo resuma todo, pero tenemos que utilizar toda nuestra fuerza mental y todas nuestras emociones para luchar en contra de esta avalancha de maldad”.

El documental termina con Baez explicando que encontró en la terapia una vía para hallar la respuesta a todo el dolor que había acumulado a lo largo de su vida: “No he obtenido información precisa, solo sensaciones desagradables y agotadoras. Solo sé que, de alguna forma, mi padre tuvo que ver con todo eso y que mi madre no pudo protegernos”, sentencia la cantante.

El cierre del coloquio en el BCN Film Fest, sin embargo, es bastante más dulce, ya que al ser nombrado Joan Manuel Serrat, Baez recuerda su primera vez en Barcelona y cómo este le mostró que el castellano y el catalán no eran el mismo idioma a través de ‘Rossinyol Que Vas a França’, canción que Baez no duda en cantar para el deleite de la sala del Cine Verdi.