En “Mil Jóvenes con Javier Sicilia”, realizado en el Salón Juan Rulfo de Expo Guadalajara, durante la 30 Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el también activista habló sobre la violencia y su relación con la palabra, la democracia, la delincuencia y la educación.
Aseguró que la violencia que se vive en el país tiene un origen que poco se discute, que es la crisis del lenguaje, y señaló la importancia de que no se corrompan los significados de las palabras, ya que implica que las sociedades pierdan su razón de ser.
Resaltó la importancia de entender el significado profundo de las palabras para que no haya una crisis del lenguaje y como consecuencia, el oscurecimiento de la realidad, que lo único que crea es la violencia.
Sicilia detalló que hay delincuentes que tienen un vocabulario de 50 o 60 palabras. “Con ese acervo no se puede nombrar a un mundo, ni sentir empatía con alguien”, pero “si uno escucha a los políticos, ellos tienen más palabras, pero suelen construir discursos que nadie entiende, las utilizan para malpensar el lenguaje.
Sicilia expresó que cuando las palabras se usan para mentir, para ocultar la verdad y degradar, el mundo deja de tener sentido y lo único que queda es la violencia. “Estamos generando un mundo violento y sin significaciones; entonces es importante volver a rescatar el lenguaje, poder entender que cuando hablamos estamos comprometiendo la existencia, al orden del universo y a nosotros mismos”.
Dijo que un hombre o una mujer que falta a su palabra o la traiciona no vale nada. Alguien que no cumple y no le da sentido a la palabra ya no es un ser humano y se traiciona a sí mismo.
En cuanto a la educación, señaló que hay un monopolio del saber radical. “Antes se afirmaba que fuera de la Iglesia no hay salvación, ahora que fuera de la Secretaría de Educación Pública (SEP) no la hay, y se rumora que quienes rechacen la Reforma Educativa se van a quedar ignorantes, y nosotros lo creemos”.
El concepto de educación en la sociedad es impuesto: si alguien no cursó estudios aprobados por la SEP, éstos no son reconocidos. “Se trata de una meritocracia y una forma de esclavitud que indica cómo debe ser la educación, y fuera de eso ya no se tiene un lugar en el mundo”.
Manifestó que hay que cuestionar la educación desde el significado actual del vocablo y explicó que proviene del latín educare, que significa amamantar y alimentar. Los educandos antiguamente eran los niños de brazos que se alimentaban de la leche materna, por lo que es incorrecto nombrar así a los estudiantes.