La 35 edición del FIT de Cádiz se desarrollará desde mañana y hasta el 8 de noviembre, extendida a seis espacios de la ciudad y con conexiones digitales con Iberoamérica.
El festival estrena en esta edición nueva dirección, bajo la batuta de Isla Aguilar y Miguel Oyarzun, como sustitutos de Pepe Bablé, que cesó por jubilación.
El FIT arranca en su sede nuclear, el Gran Teatro Falla, con la producción "Atlas Cádiz 2020", una versión propia de la performance de Ana Borralho y João Galante que, desde su estreno en 2011, se ha realizado en más de cuarenta ciudades del mundo subiendo a escena a sus habitantes.
Aunque habitualmente la performance reúne en el escenario a cien vecinos de una ciudad de diferentes profesiones, en este caso, se ha diseñado una versión especial en la que sólo subirán sesenta y los otros cuarenta participarán a través de vídeo.
Los testimonios de estos vecinos construirán un "atlas" de la organización humana en Cádiz siguiendo como motor las ideas de Joseph Beuys: "la revolución somos nosotros" y "cada hombre, un artista".
Este montaje dará el pistoletazo de salida a una edición que tomará también como escenario el Espacio de Creación Contemporánea ECCO, el Teatro de Títeres de La Tía Norica, la Sala Central Lechera, el Baluarte de la Candelaria y los Depósitos de Tabacalera, que se estrenan como localizaciones culturales.
El teatro participativo, la escénica documental, el teatro de familia, los recorridos dramatizados por la ciudad y los encuentros y conversaciones entre profesionales, creadores y público formarán parte de este festival.
Así, entre sus primeras piezas estará también este sábado en el programa del FIT "El paseo de Robert Walser", un recorrido por la ciudad siguiendo al escritor suizo, interpretado por Esteban Feune de Colombi, o "Tierras el Sud", en la que la coreógrafa navarra Laida Azcona y el videoartista chileno Txalo Tozola transforman el escenario en una zona de la actual Patagonia, el Puelmapu, para indagar en las nuevas formas de colonialismo y la explotación desmedida de los recursos naturales.
A lo largo de más de dos semanas, el FIT albergará obras como "Shock (El Cóndor y el Puma)", una producción del Centro Dramático Nacional (2019), y el estreno nacional de "Granma. Metales de Cuba", bajo la dirección del colectivo alemán Rimini Protokoll y Stefan Kaegi.
El festival se cerrará con el estreno de "COVID-451", un proyecto del dramaturgo y director franco-uruguayo Sergio Blanco en el que cinco trabajadores hospitalarios de la ciudad se subirán a escena para reflexionar sobre el teatro y el hospital como dos espacios de sanación.
Este proyecto, una producción propia en complicidad con el Grec Festival de Barcelona y con el apoyo del Institut Français Espagne, cerrará una edición con la que el FIT, con sus precios abaratados para facilitar el acceso del público, vuelve a buscar convertirse en escenario de teatro para todos los gustos.
Junto a los espectáculos, tres de ellos virtuales con conexiones en la distancia, el Festival Iberoamericano de Teatro se convierte en estos días en una plataforma activa de intercambio, encuentro y reflexión sobre la escena en España e Iberoamérica.
Entre estas actividades figura el proyecto "conversaciones transoceánicas. Trans-Atlántica": un conjunto de charlas presenciales o virtuales, que se desarrollan antes y durante el FIT, entre artistas, críticos culturales, pensadores y otras figuras destacadas de uno y otro lado del Atlántico, impulsadas por el artista Marcelo Expósito.