El espíritu paralímpico y la música suben al escenario juntos en el festival Rock en Seine

Con Lana del Rey como cabeza de cartel, el Festival Rock en Seine da comienzo este miércoles a una edición 21 algo especial: en el verano de París 2024, la música compartirá los escenarios con el espíritu paralímpico, encarnado por artistas con discapacidad, exposiciones y la llama de esos Juegos.

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El cantante y guitarrista Towa Bird durante el concierto de la jornada inaugural del Festival Rock en Seine que tiene lugar este miércoles en el Paque de Saint-Cloud, en la periferia suroeste de París. EFE/Edgar Sapiña

Enmarcado en la denominada Olimpiada Cultural -un programa oficial con más de 2,000 actividades paralelo a la cita olímpica y paralímpica de la capital francesa-, el Rock en Seine pasó de la incertidumbre a comienzos de 2023 sobre si podría realizarse, a participar de lleno en la ola de entusiasmo deportivo que atravesó la Ciudad de la Luz desde el 26 de julio pasado.

No ha sido el caso de todos los festivales parisinos, como la edición local del Lollapalooza, que sí tuvo que cancelarse este año al situarse demasiado cerca -en fecha y ubicación- de los eventos de los Juegos, en particular de la gran ceremonia de apertura en el Sena.

Las "nociones de inclusión, de diversidad, de universalismo" son "valores olímpicos", pero también principios que Rock en Seine ha tratado de defender "con los artistas que programamos", explicó a EFE Matthieu Ducos, director del festival.

Con esa filosofía, esta vigesimoprimera edición pondrá especialmente el foco en las personas con discapacidad, aprovechando que el evento se celebra justo antes de la inauguración de los Juegos Paralímpicos, que se desarrollarán del 28 de agosto al 8 de septiembre.

Era la oportunidad perfecta para "asumir un discurso aún más fuerte" sobre la necesidad de inclusión, indicó Ducos, lo que se traducirá en distintos tipos de iniciativas durante los cinco días del festival.

La antorcha y las guitarras

El cartel de este año incluirá, junto a estrellas como Lana del Rey, Fred Again.. o PJ Harvey, a artistas en situación de discapacidad, como el proyecto rockero francés Astéréotypie, que integra a personas autistas. También contará con intérpretes de lengua de signos para recitales como el de la banda estadounidense Gossip.

Más allá de lo puramente musical, en el Parque de Saint-Cloud -el hogar del Rock en Seine en la periferia suroeste de París- habrá un espacio para descubrir los deportes paralímpicos y una exposición organizada junto al diario deportivo L'Équipe recorrerá en clave fotográfica la emoción de los estadios, entre otras iniciativas.

Junto a esas propuestas, la organización se aplicó también en mejorar la acogida del público con discapacidad, sobre todo para las personas con necesidades especiales de desplazamiento, a las que a menudo deja de lado la mística de los grandes festivales musicales del verano.

"Hemos hecho una gran política de renovación", explicó Ducos sobre las instalaciones del Parque de Saint-Cloud, en especial con las avenidas y senderos.

Todo ello culminará el domingo con el "toque simbólico", en palabras del director, que supondrá el paso de la llama olímpica por el principal escenario del Rock en Seine, justo para clausurar la cita.

La antorcha se la traspasará un atleta paralímpico a uno de los artistas de esta edición, aunque los detalles se mantienen en secreto.

Pasión por Lana del Rey

Hasta 200,000 personas pasarán en los próximos cinco días por el Parque de Saint-Cloud, en la periferia suroeste de París, para disfrutar también de bandas como Maneskin, LCD Soundsystem, Pixies, Massive Attack o The Offspring.

Pero el festival tiene este año una reina clara, con permiso de la llama paralímpica, y esa es sin ninguna ambigüedad, la estadounidense Lana del Rey.

Las 40,000 entradas disponibles para el que es su único paso por Francia este año se agotaron en pocos días y los primeros de entre sus miles de admiradores -con una mayoría de público femenino- hacían cola ya desde primera hora del martes para asegurarse un sitio en primera fila frente a la cantante de 'Born to Die'.

"Yo me reconozco en sus letras. Su música tiene algo que me tranquiliza", señaló a EFE Lisa, una joven aspirante a cantante que acudió al Rock en Seine con cazadora de cuero y gafas de sol. "Es mi modelo", añadió.

Desde Poitiers hasta París viajaron solo para verle actuar Judith y Hortense, madre e hija y también admiradoras de Lana del Rey. La entrada fue el regalo de Hortense por su 18 cumpleaños y no solo cumplían el sueño de ver en directo a la cantante de "Summertime Sadness" sino que además era la primera vez en un festival de música para ambas.

"La escucho desde hace años", indicaba a EFE la cumpleañera, mientras su madre añadía: "la adoramos, es guapa, canta bien".