Los historiadores dudan de su fecha de nacimiento, aunque la mayoría la sitúa en el año 748. Se sabe con certeza que murió la mañana del 28 de enero de 814 en Aquisgrán, la ciudad situada hoy en el oeste de Alemania en la que Carlomagno asentó su poder y que ahora vive el aniversario con numerosas exposiciones y coloquios.
Desde su nombramiento como rey de los francos en 768 y su coronación en 800 como primer emperador del Sacro Imperio Romano Germánico -un ente político que oficialmente se mantendría hasta 1806-, Carlomagno asentó su dominio por medio de guerras de los Pirineos al Danubio, del norte de Italia al mar del Norte.
Para Johannes Fried, experto en Historia Medieval de la Universidad de Fráncfort, "no se trataba simplemente de expansión, sino de dar un ordenamiento estatal a un reino divino". Carlomagno, devoto católico, estaba convencido de que los francos eran el pueblo elegido, explica Fried.
Las conquistas fueron seguidas por un reordenamiento radical del orden social, eclesiástico, económico y educativo y por un impulso a las artes y las ciencias que determinó la evolución de Europa: el llamado "renacimiento carolingio". "Fue un trabajo increíble", resume Stefan Weinfurter, historiador de la Universidad de Heidelberg.
Carlomagno reguló de forma estricta y unificada las fechas de la liturgia católica, los textos sacros y las oraciones oficiales. Al mismo tiempo, reavivó el interés por la Antigüedad y ordenó copiar de papiros textos de filósofos, poetas y maestros clásicos que de no ser por él hoy estarían perdido para siempre.
Para que fuesen legibles, fomentó la minúscula carolingia. "Es la letra con la que escribimos hoy", explica Weinfurter. El historiador va más allá: los archivos científicos promovidos por Carlomagno fueron motor de la rica historia de la ciencia europea y semilla de las universidades que se fundarían 400 años más tarde, asegura.
Con más prudencia ve Fried la herencia carolingia. "El mito de Carlomagno como padre de Europa es exagerado", asegura. "Para Carlomagno, Europa no significaba nada. Un continente con fronteras difusas. Él ni siquiera las conocía del todo".
Aun mayor es el misterio que rodea los aspectos personales del reformador. "¿Quién era el ser humano detrás de todo eso? Realmente no sé quién era Carlos", admite Fried.
El biógrafo contemporáneo franco Eginardo lo describe como un hombre de cara redonda, tronco pequeño, papada, bigote y una voz extraordinariamente clara. Una visión diferente del famoso busto de oro que conserva el tesoro de Aquisgrán.
Más allá de su aspecto, no parecía tener problemas con las mujeres: el emperador tuvo cinco esposas y tras la muerte de la última mantuvo otras cuatro amantes pese su entonces avanzada edad de 52 años, según Eginardo.
Entre sus muchos hijos lo sucedió Ludovico, que mantuvo el imperio por una generación más. La división entre los hijos de Ludovico originó la actual división entre Francia y Alemania, cuyo territorio coincide aproximadamente con el antiguo reino franco.
También la tumba de Carlomagno es un misterio. Aunque fue enterrado la misma noche de su muerte hace 1,200 años, ya el emperador Otón II tuvo problemas para encontrarla 200 años después. Numerosas excavaciones arqueológicas realizadas en 2010 fracasaron también en el intento.
Todas las facetas de una de las figuras más trascendentes y enigmáticas de la historia europea centrarán las numerosas exposiciones, concursos y conferencias organizados por el "año Carlomagno".
Aquisgrán lo inauguró oficialmente este fin de semana. Sólo en la ciudad están previstos un centenar de actos por el aniversario. (DPA)