En un encuentro telemático desde su piso de Nueva York, esta periodista cultural para el diario británico The Independent desveló que para armar esta historia, se sentó ante el ordenador durante el mes de marzo de 2020, coincidiendo con la pandemia de coronavirus, mientras estaba en una casa de campo cercana a la gran ciudad junto a su familia.
En 'La inquilina silenciosa' son las tres mujeres más próximas a Aidan Thomas, un hombre aparentemente alguien modélico, las que narran todo lo que ocurre, en un relato que se publicará en una treintena de países y cuyos derechos cinematográficos se han vendido a la productora Blumhouse.
"Confinados todo el santo día, juntos todas las horas, veíamos a lo que nos dedicábamos todos los que estábamos encerrados en casa. En aquel tiempo, pensé: ¿qué ocurriría si alguno de nosotros tuviera un secreto muy oscuro, algo que no se pudiera contar a nadie y ahora no lo pudiera ocultar?", comentó la autora, consumidora habitual de historias reales de crímenes -'true crime'-.
Creó a un hombre que "no es lo perfecto que todo el mundo cree, sino un asesino en serie que ha matado a más de una y a más de dos mujeres y que tiene a otra, Rachel, secuestrada en su casa, en un cobertizo, hasta que un día tiene que dejar este lugar, al quedar viudo, para trasladarse a un piso, donde no hay jardín".
Monstruos que son seres humanos
Defiende Clémence Michallon que "nadie está por encima de la crueldad. No sé si todos llevamos dentro un potencial asesino, pero nadie está por encima del instinto de dañar a otra persona en según qué circunstancias", dice.
Para la autora, escribir la novela "fue, en gran parte, pensar en personas que sabemos que son monstruos, pero que también son seres humanos, algo que me fascina de los asesinos en serie como Aidan".
La novelista cree que estas personas tienen una "capacidad de compartimentar su vida y poder actuar como asesinos y también tener una vida normal, en paralelo. Esta dualidad me daba muchos quebraderos de cabeza y pensé que debía meterla en la novela", admite.
En cuanto a por qué considera que a los lectores les fascina adentrarse en historias violentas, responde que igual es porque "vemos que con estas conductas tan anómalas, desmesuradas, se va más allá del límite, es algo inconcebible. (...) Pero con estas historias quizás canalizamos traumas, vemos algo de nosotros reflejado ahí".
Clémence Michallon, de 32 años y máster en Periodismo por la Universidad de Columbia, asevera que a pesar del impacto que está teniendo el libro seguirá trabajando en el periodismo, un oficio que le "encanta" al permitirle "conocer a gente muy interesante, a la vez que te pide que mires fuera de ti, lo que es muy saludable".
Respecto a si pensó en algunos actores concretos como posibles protagonistas de una película o una serie sobre 'La inquilina silenciosa', contesta que las adaptaciones pueden llevar años, pero remarca que intenta "tener la mente abierta con respecto al reparto" e intenta no imaginar a nadie, "porque dependerá de muchas circunstancias".