"Athena" es una historia de enfrentamientos sociales en un barrio de inmigrantes argelinos en una 'banlieu' (afueras) parisina, dirigida por el francés Romain Gavras -hijo de Costa-Gavras- y con un ritmo trepidante.
Mientras que "Un couple" es una película muy lenta, con pocos escenarios y un solo personaje, además de ser poco habitual en la cinematografía del veterano Frederick Wiseman (92 años) porque es una ficción entre los numerosos documentales del realizador estadounidense.
Gavras, que ha desarrollado la mayor parte de su carrera como realizador de vídeos musicales o de moda, quería poner en pie una moderna tragedia griega en honor a los orígenes de su padre.
"Hace dos años tuve la idea de este proyecto", explicó Gavras en rueda de prensa. Y empezó a desarrollar una historia de unos hermanos y de su cólera, su tristeza y su pena. La idea era contar la historia íntima que enfrenta a esos tres hermanos.
Para hacerlo, situó la acción en una 'banlieu' llamada Atenas, de inmigrantes argelinos de segunda generación, con una violencia contenida que estalla cuando el hermano pequeño de los protagonistas es asesinado a golpes, presuntamente por policías.
"Preparamos la historia para estar inmersos en lo que está pasando, para que la audiencia sintiera lo que están sintiendo los personajes de la película" y para que hubiera una sensación de que todo se desarrollaba "en tiempo real", señaló Gavras.
Y con la que el realizador no pretende dar ninguna solución a un complejo problema social y político. Ni tampoco apuntar a nadie como responsable. "Es una película más centrada en la acción (...). No hay buenos ni malos, los personajes tienen muchas facetas".
"Es un problema muy complejo. Siempre hay fuerzas que no son visibles y que empujan a esta gente hacia la violencia. El filme muestra exactamente lo que pasa en ese momento", agregó.
Una película bien rodada pero que aporta poco a estas historias de pobreza, discriminación e inmigración cuyo último gran ejemplo fue "Los miserables" (2019), de Ladj Ly.
Tampoco ha calado el filme con el que Wiseman explora la vida de uno de los autores rusos más conocidos de la historia de la literatura.
Wiseman se lanzó con entusiasmo a un proyecto con el que se pretendía dar a conocer el papel de Sophie Tolstói en la vida y el proceso creativo de su marido.
"Fue fundamental en la carrera de Tolstói", explicó en rueda de prensa la actriz Nathalie Boutefeu, también productora del filme.
Boutefeu leyó más de 3,000 páginas de las cartas y documentos de Sophie y de ahí salieron los textos que eligió junto al realizador y que forman el guion de la película.
El filme muestra a Sophie en diferentes escenarios, ya sea en su casa o en el campo, recitando las cartas que escribió explicando la compleja relación que mantuvo con su marido, que pasó por épocas de un amor absoluto y otras de gran distanciamiento.
Un filme que "es lo opuesto" a lo que el realizador suele hacer con sus documentales, en los que crea un mundo a partir de los testigos de cientos de personas, mientras que en este caso hay una sola voz.
Un proyecto que ha sido un desafío para el director de documentales como "Ex Libris: The New York Public Library" (2017) o "La danse" (2009).