"Es muy pronto para comentar este tipo de cosas, seguimos los acontecimientos de cerca, pero no hay motivo para decir nada más antes de que se aclare la situación", señaló Jannik Lindbæk, portavoz de la empresa noruega.
Por culpa del estallido de la guerra, Statoil se vio obligada a cerrar todas sus oficinas en Libia y a evacuar al personal extranjero el pasado mes de febrero.
Statoil tiene una presencia modesta en Libia: posee el 5 y el 2.4 por ciento en las explotaciones de Mabruk y de Murzuq, operadas respectivamente por la francesa Total y por la española Repsol.
La caída del régimen de Muamar el Gadafi parece ser inminente tras la entrada ayer en Trípoli de las tropas insurgentes, apoyadas por la OTAN.