Con base a la encuesta de salida realizada por Parametría entre los votantes de los estados con elecciones a gobernador, hoy presentamos los datos sobre la aprobación de autoridades.
Existe un fenómeno de descrédito hacia las autoridades, en el caso del gobernador la desaprobación es mayor que la aprobación, fenómeno que no se observaba en 14 años, según mediciones de Parametría. Ahora bien, analizando la gráfica de evaluación de gobernador, obtenida de la encuesta de salida del pasado domingo observamos que el grupo de las seis entidades con la aprobación más alta Durango, Aguascalientes y Sinaloa tuvieron alternancia. Según la literatura un mal gobierno se castiga (voto de castigo), pero en este caso se aprecia que un buen gobierno no se premia. En Puebla, Hidalgo y Zacatecas existe correlación entre la aprobación al gobernador y los resultados electorales, ya que estos tres estados los partidos mantienen su continuidad en el poder.
En el segundo grupo, los estados con las cifras de desaprobación más altas, se cumple la teoría del voto de castigo ya que en Quintana Roo, Tamaulipas, Chihuahua, Oaxaca y Veracruz hubo alternancia, en tres de estas entidades por primera vez en la historia. Sólo en Tlaxcala se mantuvo el PRI, demostrando que la variable de evaluación de autoridad no se explica por si sola y se requieren de otras más para el análisis.
Desde hace un tiempo diversas encuestas muestran la baja aprobación que ha tenido el presidente de la República. Este contexto asociado al descontento generalizado, donde el mandatario Enrique Peña Nieto lo catalogó de “mal humor social”, es un factor que también influyó durante estas elecciones.
Las entidades con la desaprobación más alta hacia el jefe del Ejecutivo fueron Chihuahua, Oaxaca, Quintana Roo y Veracruz. Según los resultados oficiales el PRI perdió la gubernatura en Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz lo cual demuestra que sí existe una correlación entre la aprobación del presidente de la República y la razón de voto, por lo menos para estos casos.
Sin embargo se debe tener presente que la evaluación presidencial no es la única variable explicativa para el comportamiento electoral. Como hemos analizado en artículos anteriores la corrupción, inseguridad y economía también pueden ser determinantes según las características de cada entidad federativa. Un ejemplo de esto es Oaxaca, que presenta una alta desaprobación presidencial (61 por ciento) pero donde finalmente ganó el PRI.
Sólo a manera de hipótesis es probable que en estas elecciones la gestión de algunos gobernadores afectó la razón de voto del electorado. El voto de castigo se hizo ver en ciertos casos, donde los cambios fueron notorios. En el caso de la aprobación presidencial se puede decir que podría haber contribuido en algo, pero sin duda no es el factor fundamental, sobre todo si compara con la aprobación de gobernador.
Finalmente, las cifras obtenidas de la encuesta de salida sobre evaluación de autoridades contribuyen al análisis del por qué en ciertos estados hubo alternancia y en otros no. No obstante es importante tener en cuenta que esta variable no explica por sí sola la complejidad del comportamiento electoral. La inseguridad, el desempleo, la corrupción, el nivel de ingresos, entre otros, también permiten explicar estos resultados. Es por eso que durante esta semana Parametría junto a MILENIO estaremos analizando diariamente cada uno de estos temas para comprender con mayor cabalidad estas pasadas elecciones.