Wendy Cruz Fabián, del segundo semestre en Diseño Industrial (disciplina impartida en la Facultad de Arquitectura), analizó la problemática de las personas con invalidez motriz y de su círculo cercano y refirió que, con frecuencia, los parientes enfrentan contratiempos al ayudarlos a vestirse, pasar de un cuarto a otro, bajar escaleras, salir a la calle o desplazarse.
¿Cómo salvar estas situaciones? Existen diversos aparatos mecánicos para asistirlos en estas tareas, como un exoesqueleto; sin embargo, sus costos son excesivos (de cuatro mil 500 a 200 mil dólares) e inaccesibles para sectores de escasos recursos. Además, son estorbosos, pesados y muchos no pueden utilizarse en transporte público.
El objetivo de la joven es crear un prototipo —aún en desarrollo— con un costo viable, ligero y fácil de usar.
Por su parte, Iris Marcela López Rico, también del segundo semestre en Diseño Industrial, planteó un proyecto para invidentes, pues en México hay 39 mil individuos ciegos y 246 mil con visión mermada, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Al respecto, señaló que entre las actividades básicas está cocinar y, al preparar sus alimentos, los débiles visuales se valen de sentidos como el tacto, el oído y el olfato. Así, al encender una hornilla deben tocarla para asegurarse si hay lumbre y emplear su nariz para constatar si no se escapa el gas, algo peligroso. Por ello, la universitaria ha comenzado a idear una estufa capaz de evitar estos inconvenientes.
El encuentro fue moderado y coordinado por Patricia Brogna, del Programa Universitario de Derechos Humanos.