Cassini ha estado recogiendo datos sobre el planeta y sus lunas desde que la nave entró en órbita en 2004 y recopiló datos sobre la gravedad de Titán durante los seis vuelos que realizó entre 2006 y 2011 para conocer mejor la estructura interior de la luna.
El profesor Luciano Iess, de la Universidad Sapienza de Roma, y su equipo, en el que también participaron científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, describen cómo el interior del planeta parece moverse de manera flexible, de tal manera que creen que puede esconder un océano de agua.
Según explican en el número de esta semana de la revista Science, los científicos dedujeron que, si Titán estuviera compuesto por completo de roca dura, la atracción gravitatoria de Saturno podría causar protuberancias sobre la superficie de 1 metro de altura.
Sin embargo, los datos de la sonda muestran que tiene protuberancias de unos 10 metros, lo que sugiere que Titán no está hecha de material rocoso sólido, explicó la NASA en un comunicado.
La órbita de Titán sobre Saturno dura sólo 16 días, lo que ha permitido a los científicos estudiar la forma de la luna en diferentes momentos de su órbita.
Debido a que la luna Titán no es esférica, sino ligeramente alargada, su eje longitudinal crece cuando estaba más cerca de Saturno y se reduce cuando está mas lejos y Cassini midió el efecto gravitatorio de esa compresión.
"La detección de las mareas en Titán nos lleva a la conclusión casi irrefutable de que hay un océano escondido en la profundidad", indicó Iess, autor principal del estudio y miembro del equipo de Cassini en la Universidad Sapienza.
"La búsqueda de agua es un objetivo importante en la exploración del Sistema Solar y ahora hemos visto otro lugar donde es abundante", aseguró.
Titán tiene una densa atmósfera compuesta principalmente por metano y etano y, gracias a las observaciones de Cassini, recientemente se han descubierto lagos de metano líquido en los trópicos.
La sonda Cassini, lanzada en 1997, es una misión en la que participan la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI), cuyo objetivo es estudiar los cambios climáticos en el planeta y en sus lunas.