El resultado se vio afectado entre otros factores por las alteraciones en la cadena de suministro provocadas por el terremoto de Japón, lo que lo convirtió en un trimestre "desafiante" desde el punto de vista operativo, según su presidente, Bert Nordberg, quien añadió que la compañía seguiría evaluando la situación.
Los ingresos antes de impuestos cayeron un 17 por ciento hasta 15 millones de euros, debido al impacto del descenso de las ventas compensado con un porcentaje de margen bruto más alto y gastos operativos menores, señaló Sony Ericsson en un comunicado.
El beneficio operativo fue de 19 millones de euros, un 5 por ciento menos.
La facturación ascendió a 1.145 millones de euros, lo que supone un descenso del 19 por ciento.
Sony Ericsson vendió 8,1 millones de teléfonos móviles entre enero y marzo, un 23 por ciento menos, a causa de una caída en el número de unidades enviadas, la introducción de nuevos productos al final del trimestre y la estacionalidad.
El precio medio de venta por unidad fue de 141 euros, un 5 por ciento más.
El consorcio sueco-japonés sigue avanzando hacia un portafolio basado en teléfonos Androide, que ya supusieron el 60 por ciento de las ventas en el primer trimestre, destacó Bert Nordberg.
Sony Ericsson estimó que su cuota en el mercado global es del 5 por ciento, y pronosticó para 2011 un crecimiento "modesto" en ventas para el conjunto de la industria del sector.