El científico jefe del detector de neutrones y rayos gama (GRaND) de la sonda Dawn, Thomas Prettyman, describe en un estudio publicado hoy en Science que el instrumento detectó hidrógeno probablemente en la forma de hidroxilo o agua ligada a los minerales en la superficie del asteroide.
Dawn no encontró hielo en Vesta pero, según las observaciones que hizo en sus sobrevuelos a más baja altura, hay indicios de minerales hidratados -restos de impactos con otros meteoritos- en la química y la geología del asteroide gigante.
"La fuente del hidrógeno en la superficie de Vesta parecen ser minerales hidratados por rocas espaciales ricas en carbono que colisionaron con Vesta a una velocidad lo suficientemente lenta como para preservar su contenido volátil", explicó Prettyman en un comunicado difundido por la NASA.
Vesta, el segundo asteroide de mayor tamaño del sistema solar, ha resultado ser una especie de fósil espacial cuya superficie es más variada y diversa de lo que se pensaba hasta ahora,
Los científicos han podido confirmar que se asemeja más a un pequeño planeta o luna de la Tierra que a otro asteroide, gracias a los datos proporcionados por la sonda de la NASA que ha emprendido rumbo al planeta enano Ceres y sigue dando material de estudio a los científicos.
Se cree que Vesta es la fuente de parte de los meteoritos que caen en la Tierra, según un estudio publicado el pasado mayo que confirmó que en sus superficie hay restos de piroxeno, hierro y minerales ricos en magnesio, materiales que contienen el 6 por ciento de los meteoritos que llegan a nuestro planeta.