El artefacto de exploración, lanzado en 2004 para el estudio del planeta más cercano al Sol, pesa 485 kilogramos, llegó a las proximidades de Mercurio en 2008 y se colocó en su órbita en marzo de 2011.
La misión formal de recolección de fondos del aparato comenzó un mes más tarde y desde entonces Messenger ha tomado más de 100,000 imágenes.
Las observaciones previas de Mercurio, hechas desde la Tierra y con telescopios y radar, indicaban que podría haber hielo en las áreas permanentes en sombras en los cráteres en los polos del planeta.
Desde su órbita en torno al planeta la cápsula observó áreas brillantes y oscuras definidas con luz infrarroja en esas regiones.
Los investigadores de la NASA, en una conferencia de prensa, explicaron que los datos de los instrumentos del Messenger, incluido un altímetro por láser y un espectrómetro de neutrones, confirmaron que hay hielo en los cráteres del polo de Mercurio.
Los científicos creen que las áreas brillantes en las imágenes tomadas por la cápsula de exploración representan el hielo que está cerca de la superficie de Mecurio, en tanto que las áreas oscuras corresponden a regiones donde el hielo está cubierto por una capa de material rico en componentes orgánicos.