Esta empresa, pionera en la comercialización de viajes al espacio y vuelos de gravedad cero en España, ha registrado un aumento del 150 por ciento del número de solicitudes de información sobre experiencias en el espacio.
Al mismo tiempo, se ha triplicado el número de visitas al portal de Destinia dedicado a los viajes al espacio en los días posteriores al salto del atleta extremo.
De las consultas recogidas por la agencia se desprende que las principales inquietudes de los interesados tienen que ver con cuestiones como el precio (un 39 por ciento de las consultas), los programas espaciales que se comercializan (un 47 por ciento) y el nivel de seguridad de estas experiencias (un 14 por ciento).
Por otro lado, cuatro de cada cinco personas que desean vivir experiencias en el espacio han mostrado interés por el programa de gravedad cero, que consiste en experimentar la sensación de ingravidez, mientras que sólo un 20 por ciento se interesó por el programa suborbital, en el que se asciende a 100 kilómetros de la superficie de la Tierra, en la frontera entre la atmósfera y el espacio.
Desde Destinia explican que las experiencias turísticas en el espacio todavía son consideradas como un servicio de lujo, por lo que no se está notando una desaceleración de la demanda, a pesar de la crisis económica.
Además, hazañas como la de Baumgartner contribuyen a incrementar el interés del público por esta clase de turismo, añaden.
Aunque la división de viajes al espacio es la más rentable de la compañía, Destinia pretende que más personas puedan disfrutar de estas experiencias, por lo que ofrece una serie de promociones como por ejemplo, el paquete de acompañante en tierra gratis.
Todos los vuelos están controlados por expertos de la NASA en activo y se exigen cinco días de estancia en el destino desde donde se efectúa el lanzamiento al espacio, en los Estados Unidos, para habituarse a los cambios fisiológicos a los que el cuerpo humano se ve expuesto tras la experiencia.
Destinia tiene un acuerdo de colaboración con la empresa estadounidense Space Adventures, propietaria de las aeronaves, para comercializar los diferentes programas espaciales.