Con esta misión los científicos quieren investigar los orígenes de nuestro sistema solar. Se considera que los asteroides -cuerpos rocosos que giran alrededor del Sol- son vestigios de los primeros tiempos de nuestro sistema solar.
Una vez haya llegado a su destino, previsiblemente en 2018, la sonda japonesa cartografiará el asteroide. Tras ello se acercará al asteroide para tomar muestras de su superficie y traerlas a la Tierra en 2020. La plataforma de aterrizaje "Mascot", de fabricación alemana, será lanzada desde una altura de 100 metros sobre el asteroride y permanecerá allí.
"El mayor reto será la separación de la sonda y el posterior aterrizaje", explicó la directora del centro de control de "Mascot" en Colonia, Tra-Mi Ho. El asteroide tiene un diámetro de apenas un kilómetro.
Las mediciones telescópicas indican que en el asteroide podría haber agua, según los expertos. Se baraja la posibilidad de que los asteroides pudiesen haber traído el agua a la Tierra al impactar en ella.
Los instrumentos de "Mascot" investigarán, entre otros, la composición mineral y geológica de la superficie del asteroide, además de su temperatura y su campo magnético. Si todo transcurre según lo previsto, los científicos recibirán datos de "Mascot" hasta durante 16 horas, hasta que se agote su batería.
En 2010 la sonda japonesa "Hayabusa", predecesora de la actual, ya trajo a la Tierra pruebas de la superficie de un asteroide. (DPA)