El grupo dirigido por el profesor de la Universidad de Kobe, en Japón, Hiroki Kashimura, también reveló los orígenes de dichas estructuras mediante simulaciones climáticas a gran escala.
Para el desarrollo del estudio de los fenómenos atmosféricos de Venus, la JAXA puso en órbita del planeta la sonda Akatsuki, dotada de una cámara infrarroja “IR2”, capaz observar la morfología de las nubes ubicadas a 50 kilómetros de la superficie.
El grupo de investigación también realizó un programa llamado AFES-Venus para calcular las simulaciones de la atmósfera de Venus y así reforzar los datos de la nave espacial Akatsuki.
A pesar de que este tipo de simulaciones numéricas tienen un gran valor científico, las gruesas nubes de ácido sulfúrico de Venus dificultan la precisión de los estudios, destacó la JAXA en su página de internet.
Este estudio comparó datos observacionales detallados de los niveles de nubes más bajas de Venus tomadas por la cámara IR2 de Akatsuki con las simulaciones de alta resolución del programa AFES-Venus.
Durante el estudio la sonda espacial observó una serie de rayas gigantes casi simétricas en los hemisferios norte y sur, las cuales se extienden en diagonal a casi 10 mil kilómetros de ancho, fenómeno denominado por los científicos como estructura de racha a escala planetaria.
La JAXA explica que este tipo de modelos no han sido vistos en la Tierra, por ello, se podría tratar de un evento atmosférico exclusivo de Venus. De este modo, los científicos usaron el AFES-Venus, para reconstruir el patrón.
Mediante el análisis de los resultados de la simulación de AFES-Venus, el equipo reveló que el origen de dicha estructura de racha gigante, es un fenómeno relacionado con el clima cotidiano de la Tierra, conocido como corrientes de chorro polar.
Este fenómeno genera en las latitudes medias y altas de la Tierra, una dinámica de vientos a gran escala que forma ciclones extratropicales, sistemas migratorios de alta presión y corrientes de chorro polar.
Los resultados de las simulaciones arrojaron que funcionaba el mismo mecanismo en las capas de nubes de Venus, esto sugiere que las corrientes en chorro pueden formarse en latitudes altas.
Este estudio reveló la estructura de vetas gigantes en la escala planetaria se forma a partir de dos tipos de fluctuaciones atmosféricas (ondas), inestabilidad baroclínica y corrientes de chorro.