La entrega de la nave de SpaceX para la tripulación de la ISS incluye 18 experimentos espaciales hechos por estudiantes, que fueron reconstruidos tras su destrucción en la explosión en octubre de una cápsula operada por la empresa privada rival Orbital Sciences.
La misión llamó especialmente la atención porque SpaceX quería que la primera fase del cohete portador "Falcon" cayera de forma controlada en una plataforma flotante en el Atlántico, pero no tuvo éxito.
El cohete cayó donde debía, pero con demasiada fuerza y se dañó. Anteriores intentos por recuperar los cohetes fracasaron, porque el aparato se hundió en el océano o explotó. Debido a ello, la empresa construyó la plataforma de 90 metros de largo y 50 de ancho.
Desde que sacó de circulación su flota de transbordadores en 2011, la NASA depende de las cápsulas rusas "Soyuz" para abastecer a la ISS.
SpaceX y Boeing han recibido el encargo por parte de la NASA de desarrollar naves en las que puedan llevar astronautas a la estación a partir de 2017. Además, en diciembre la NASA probó con éxito en un vuelo corto su nave espacial de nueva generación "Orion". (DPA)