"No se puede decir que la ESA haya tenido un éxito total en su misión con las lanzaderas", señaló este jueves en un tono de agria ironía el comisario europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, en una entrevista a la emisora France Inter.
Breton señaló que aunque él es el máximo responsable en la CE de la política espacial, los cohetes recaen en la ESA, y lamentó esa distribución de competencias porque si hubiera estado en sus manos, "las cosas no habrían sucedido de la misma forma".
Se refería así al hecho de que la semana pasada la ESA anunció que ha pedido a la compañía privada estadounidense Space X que se ocupe del lanzamiento de los próximos satélites del sistema europeo de posicionamiento Galileo, que compite directamente con el estadounidense GPS, ante la imposibilidad de utilizar sus propios cohetes.
La razón es que ya no queda ningún Ariane 5 (el último se lanzó el 5 de julio) porque la ESA había decidido el fin del programa pero no ha conseguido que su sustituto, el Ariane 6, esté listo, ya que acumula sucesivos retrasos y no se espera que pueda volar hasta una fecha todavía por determinar en 2024.
Para gestionar la transición, se confiaba en el recurso a los cohetes rusos Soyuz, pero con la invasión de Ucrania se rompió la colaboración entre los europeos y Moscú, que llevaba en marcha desde hacía años.
En la práctica, Breton constató que desde que se paró el Ariane 5 los europeos "perdimos un poco, momentáneamente, el acceso al espacio" y eso -insistió- "no es lo que yo habría hecho".
Pero una vez constatada esa situación, el comisario señaló que, como responsable de la constelación Galileo que tiene "2,000 millones de clientes" y es "más potente que GPS", cree que hay que lanzar "imperativamente" dos nuevos satélites el año próximo.
Por eso reconoció que ha dado su "acuerdo" a la propuesta que le ha hecho la ESA de utilizar cohetes de Space X -que son competidores directos de Ariane- pero a condición de que antes de eso se cierren unos acuerdos "de confidencialidad y de seguridad en la base de lanzamientos".
En concreto, se trata de que Estados Unidos garantice que "nadie se acercará a los satélites antes de que se lancen", ya que podrían acceder a los secretos industriales de esta tecnología en la que los europeos se consideran punteros.
La cuestión del fracaso de la transición entre el Ariane 5 y el Ariane 6 y el avance que otras empresas privadas estadounidenses, y en particular Space X, están tomando a los europeos estarán en el centro de las discusiones de los ministros de la UE responsables del espacio el próximo 7 de noviembre en Sevilla.