Atrae frontera norte de México a la exploración espacial

Las amplias áreas deshabitadas en la frontera de Estados Unidos con México han atraído a compañías orientadas a la exploración comercial del espacio, para lanzar las primeras naves que colocarán satélites o transportarán turistas.

La región ofrece las características especiales que están siendo buscadas por los técnicos para la construcción de los futuros puertos espaciales que deberán estar ubicados en áreas remotas, alejados de importantes centros de población y con climas secos.

Al menos tres compañías privadas han adquirido terrenos en la zona fronteriza al sur de los estados de Nuevo México y Texas para construir bases de lanzamientos de cohetes y pistas de aterrizaje para naves espaciales reusables.

La pionera de esta compañías es Virgin Galactic, que construyó en un área ubicada unos 60 kilómetros al norte de Las Cruces, Nuevo México, el “Spaceport América”, el primer puerto espacial comercial en el mundo.

Virgin Galactic, propiedad del multimillonario empresario británico Richard Branson, planea iniciar desde este lugar a finales del presente año el lanzamiento de la primera línea comercial de vuelos orbitales de turistas.

La compañía ha desarrollado la nave espacial “Space Ship Two”, que se lanza desde el transbordador aéreo “White Knight Two”, para realizar vuelos suborbitales de cero gravedad por espacio de cinco minutos a unos 100 kilómetros de altura con hasta seis pasajeros.

Virgin Galactic informó esta semana haber recibido ya más de 70 millones de dólares en depósitos de unas 580 personas interesadas en reservar un boleto para uno de sus vuelos suborbitales.

El número de reservaciones supera en un 10 por ciento al total de personas que han viajado al espacio en toda la historia.

Virgin Galactic también planea utilizar la misma tecnología e instalaciones para el lanzamiento de un cohete, el “LauncherOne”, que pondrá en órbita a una nueva generación de satélites.

Otra compañía, “Blue Origin”, del multimillonario Jeff Bezos, fundador del popular sitio de ventas por internet Amazon, compró un terreno de 67 mil hectáreas en el suroeste de Texas, a unos 60 kilómetros de México, que serviría de base para el lanzamiento comercial de cohetes.

La zona ubicada en el condado de Culberson, cerca de la comunidad de Van Horn, es una de las áreas más remotas de Estados Unidos.

El proyecto de Bezos ha sido hasta ahora uno de los más reservados de las iniciativas espaciales privadas que han comenzado a desarrollarse teniendo como soporte los recursos de empresarios multimillonarios.

En el más reciente de sus escasos comunicados, fechado en diciembre pasado, la empresa informó haber alcanzado “un hito clave” en el desarrollo de un motor de combustible líquido que impulsará a su nave espacial “New Shepard” para realizar vuelos orbitales.

Una tercera compañía, Space X, del multimillonario Elon Musk, adquirió un terreno con miras a establecer una base de lanzamiento de cohetes espaciales cerca de la comunidad de Brownsville, en el extremo sureste de Texas, a unos cinco kilómetros de la frontera con México.

SpaceX se convirtió en mayo de 2012 en la primera compañía privada en enviar una nave espacial (Dragon) a la Estación Espacial Internacional y, en diciembre de 2013, en la primera empresa privada en enviar un satélite en órbita geoestacionaria.

La compañía ha usado hasta ahora instalaciones de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) en Florida o de la Fuerza Aérea en California para realizar sus vuelos espaciales, por lo que está a la búsqueda de crear su propia base de lanzamientos.

La Administración Federal de Aviación (FAA) está a punto de decidir si concede a Space X una licencia para el lanzamiento de cohetes. Si lo hace, la compañía podría construir su primera base de lanzamiento orbital comercial en el sitio que adquirió cerca de Brownsville.

“Tenemos que ser capaces de lanzar hacia el oriente, y queremos estar cerca del Ecuador”, dijo Musk al hablar el año pasado en la conferencia South by Southwest en Austin.

“Si las cosas van como se esperaba, lo más probable es que tendremos un sitio de lanzamiento en Texas, lo que sería realmente genial”, indicó entonces Musk, quien cuenta con el apoyo del gobierno texano.

En mayo pasado, el gobernador Rick Perry, firmó una ley que autorizaría el cierre de las playas de Boca Chica, cerca de Brownsville, cuando se efectuaran los lanzamientos de Space X.

Además, otorgó 15 millones de dólares en estímulos fiscales a la compañía, en caso de que ésta decida establecerse en esa zona del estado.

El interés de construir puertos espaciales se debe a que se espera que un gran número de empresas de comunicación estén interesadas en colocar satélites en órbita para sus productos, además de que se abrirá al turismo los viajes espaciales.