Casey Law, del Departamento de Astronomía de la Universidad de California Berkeley, reportó haber encontrado evidencias de este tipo de emisiones que surgió en la década de 1990, para luego desaparecer en los 25 años siguientes.
El que estas explosiones sean investigadas por un resplandor de radio durante 10 años, contribuye al conocimiento de las explosiones estelares masivas que generan explosiones de rayos gamma, y lo que queda después.
En un comunicado, la institución universitaria da cuenta del trabajo de Casey Law y precisa que la ley favorece la teoría de que la explosión por la fusión de dos estrellas muy grandes o de neutrones, produce una de neutrones altamente magnetizada que gira rápidamente y se conoce como magnetar.
La materia circundante de este fenómeno emite ondas de radio intensas que se desvanecen lentamente, durante las cuales el magnetar gira y ocasionalmente emite explosiones de radio rápidas, otro evento en el universo.
Los astrónomos de la Universidad de California Berkeley descubrieron 10 conjuntos de observaciones de radio de esa área del cielo, en la constelación de Boötes, que les permitió documentar la aparición y desaparición del objeto reportado en 1990.
Concluyeron que las emisiones de radio llegaron a la Tierra por primera vez en 1992 o 1993, aunque su primera detección por su brillo máximo fue en 1994. Luego se desvaneció durante un período de 23 años y “apenas” fue visible en 2015.
Los especialistas reportan que las evidencias de los destellos se ubican dentro de una galaxia enana a 284 millones de años luz de la Tierra “que aún está formando estrellas: un entorno especial que anteriormente se ha asociado con explosiones de radio rápidas y, de forma independiente, explosiones de rayos gamma y la formación de magnetares”.
Por ello, afirmaron que las emisiones de radio de la galaxia enana fueron el resplandor de 25 años de la explosión de una estrella masiva, tal vez más de 40 veces la masa del Sol, que habría producido una larga explosión de rayos gamma.
Una teoría es que el magnetar resultante, debido a su alta velocidad de rotación y sus enormes campos magnéticos, emite ráfagas de radio rápidas y periódicas, cada una de solo un milisegundo de largo.
Casey Law destacó que descubrir estallidos de rayos gamma “huérfanos”, da valor a la minería de datos observacionales archivados en la búsqueda de eventos astronómicos que aparecen y desaparecen con el paso de los años, a lo que denominaron “objetos fantasmas”.