Comodidad y seguridad: El nuevo SL de Mercedes cumple 25 años

Los deportivos no tienen sentido ni son prácticos, son provocadores y ostentosos e incluso peligrosos. Sobre todo las versiones cabrio eran vistas antes como algo irresponsable y tenían mala fama. A pesar de todo, Mercedes inició en 1989, hace 25 años, una ofensiva de seguridad para cambiar esas ideas con el nuevo modelo SL.

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Pese a su alto costo en 1989 tuvo tanto éxito que Mercedes apenas podía cumplir con la producción prometida.

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Mercedes presentó en el Salón de Ginebra de 1989, hace 25 años, el nuevo modelo SL.

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El Sl era un vehículo para el día a día ya que también ofrecía un techo duro.

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El diseño del SL refleja la estética chic del final de los años 80.

Diseñado por el italiano Bruno Sacco, el 129 contó con asientos integrales y fue el primero en contar con una capota que se enrrollaba de forma automática.

Por un lado, el roadster se sigue diferenciando aún hoy de los deportivos radicales, pero por otro pensó en los pasajeros como ningún otro y amplió las posibilidades de supervivencia en caso de accidente.

Pero el SL, cuyo diseño reflejó la estética chic del final de los años 80, no sólo fue el roadster más seguro de su época, sino que también rompió moldes por el lujo: la capota eléctrica -hoy estándar en los pequeños cabrios- era entonces un espectáculo en sí misma, ya que se recogía en menos de medio minuto.

Sin embargo, las siglas SL se debían a las palabras en alemán "deportivo" y "ligero", por lo en ese caso, el 129 puede resultar una mayor decepción que cualquier otra generación de SL.

Precisamente porque el R 129 sólo era una Clase S abierta, el atractivo del roadster continúa hoy en día. La suspensión es blanda; los asientos, anchos en lugar de contorneados; y el volante está lejos de ser un instrumento de precisión, a diferencia de rivales de entonces como el Porsche 911, el Jaguar XJS o el BMW Z1.

La potencia del SL R 129 puede ser definida apenas como suficiente. Fue el último vehículo de su estilo en Mercedes en tener un motor de cilindros en línea en lugar de en V y lograba una potencia de hasta 231 caballos. Respecto a otros roadsters, la cajuela es grande y como apenas es posible sentarse en los asientos, es casi un biplaza. Era, sin embargo, un vehículo para el día a día, ya que ofrecía si se deseaba un techo duro.

Pese a su alto precio en 1989 (unos 50,000 euros de la actualidad), tuvo tanto éxito que Mercedes apenas podía cumplir con la producción prometida de 20,000 unidades al año. Los clientes debían esperar más de un año para tener sus autos, pero 25 años después los precios se han hundido y se pueden encontrar modelos en buen estado y renovados por menos de 10,000 euros.

Los precios podrían crecer en el futuro, según el club Mercedes-Benz R129 SL de Stuttgart. "Hace algunos años era posible encontrar un R129 bien conservado, pero ahora cada vez es más difícil", dicen en el club.

Sus fans ven en el roadster una calidad inacabable. Los motores son duraderos y no hay que preocuparse porque hay abundancia de piezas de repuesto, como si se tratara más de una Clase A o E que de un clásico.

Aunque los precios aumenten, no es una rareza, ya que Mercedes produjo en total casi 205,000 unidades entre 1989 y el estreno del sucesor, el R 230, en 2001. La oferta actual está cifrada, según el club R 129, en 30,000 sólo en Alemania. Por lo tanto, 25 años después, el roadster no es algo exótico.