Este 2020 nos deja múltiples aprendizajes por la pandemia del COVID-19, experimentamos el confinamiento voluntario e involuntario y seguramente continuará por más tiempo; también como seres sociales, aprendimos a hacer nuestras actividades a distancia, nos adaptamos al uso de la tecnología, al home office y al homeschooling.
Otros aspectos que también se modificaron, fueron aquellos relacionados con la actividad física y los hábitos alimenticios, como lo registró la encuesta "ENSARS-COV-2" realizada en mayo por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).[1]
Dicho ejercicio estadístico develó que, de los mil 73 mexicanos adultos encuestados, el 52.3% ingirió bebidas con alto contenido de azúcar; disminuyendo la ingesta de verduras y frutas. Mientras que el 70% consumió grasas saturadas y 98% incrementó su sedentarismo, al estar de 4 a 7 horas sentados o reclinados durante el día.
Los encuestados revelaron vivir con alguna o varias enfermedades crónicas, 12.2%, dijo tener colesterol alto o malo, catalogado como la principal causa de muerte en el país, al ser un factor de riesgo cardiovascular.
Hay que recordar que el colesterol se genera naturalmente en nuestro organismo y se transporta por el torrente sanguíneo con la ayuda de proteínas conocidas como lipoproteínas para cumplir determinadas funciones que ayudan al metabolismo, tal es el caso del que se conoce como de alta densidad o bueno (HDL por sus siglas en inglés).
Mientras que su contraparte, es decir, el colesterol malo (LDL) se desarrolla por el consumo de alimentos ricos en grasas o azúcares que ocasionan la acumulación de grasa en la pared de nuestras arterias y, por lo tanto, desencadenan procesos inflamatorios que involucran a las plaquetas, forman coágulos y pueden provocar infartos.
Pareciera que este último escenario es lejano, pero la realidad es que en México el 20% de la población mayor de 20 años viven con este problema de salud[2], por lo que es recomendable acudir con su médico para prevenir, detectar y tener un control temprano de la enfermedad.
Las medidas de contención del LDL giran entorno a los cambios alimenticios que el paciente puede hacer para lograr una dieta balanceada, así como realizar ejercicio con mayor frecuencia. Cabe mencionar que generalmente el profesional de salud define una estrategia farmacológica para alcanzar un tratamiento integral.
En este sentido, el avance de la medicina y la tecnología hizo posible que científicos unieran dos principios activos (Rosuvastatina/Ezetimiba) en una sola tableta para que el cuerpo médico cuente con mayores herramientas terapéuticas y con ello logren mantener los niveles de c-LDL en control, lleguen a metas adecuadas y se genere una mayor adherencia al tratamiento y así evitar complicaciones o desenlaces cardiovasculares fatales.
Por todo lo anterior, cobra relevancia evitar los excesos tanto de comida, azúcar o alcohol en estas festividades decembrina, lo más recomendable es que sea todo el tiempo, de lo contrario la salud de las personas se puede ver comprometida por las consecuencias cardiovasculares que éstas provocan al paso del tiempo y que en tiempos de pandemia se consideran población de riesgo.